Cuando están al borde de la quiebra, más de 1,200 hoteles pequeños y medianos, que generan unos 25,000 empleos, piden apoyo económico y financiero para sobrevivir a la recesión ocasionada por la emergencia nacional del COVID-19.
Estos negocios familiares comenzaron a registrar una caída del 75% de su nivel ocupacional desde mediados de marzo, inmediatamente después que el Gobierno decretara el toque de queda, y hoy, después de siete semanas, todos están vacíos.
“El 98% de las habitaciones de todo el país están vacías. Solamente un 2% está ocupado por extranjeros que, por uno u otro motivo, se quedaron en el país. No estamos registrando ingresos, pero sí debemos pagar las planillas de nuestros empleados. Estamos por llegar al 30 de abril y no tenemos dinero para pagar. Nosotros le pedimos al Gobierno que nos apoye”, dijo Roberto Ros, presidente de Hoteles Pequeños de Honduras (Hopeh).
98%
Capital hondureño.La mayoría de los más de 1,200 hoteles son propiedad de hondureños, aproximadamente el 98%.
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En vista de que los propietarios de los pequeños y medianos hoteles no están facturando, le solicitan al Gobierno un socorro económico, mediante un subsidio para pagar a los empleados; además, financiamientos a bajas tasas de interés para reanudar las operaciones una vez que las autoridades empiecen el proceso de reactivación económica.
Cadenas
Algunos de los grandes hoteles cerraron operaciones por desocupación desde el pasado marzo cuando el Gobierno declaró emergencia por la pandemia.
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Según la Hopeh, este sector emplea de manera directa a más de 25,000 trabajadores a quienes les pagan anualmente L250 millones. De este conglomerado de empleados. dependen 175,000 familiares en todo el país.
Alrededor del 2% tienen huéspedes extranjeros que permanecen en el país por diferentes razones.
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Debido a la crisis, en las últimas semanas, los dueños de los hoteles pequeños, que van de 4 hasta 75 habitaciones, han suspendido al 76% de los trabajadores y en este momento para resistir los embates buscan las vías para replantear el negocio y ofrecer nuevos servicios bajo las nuevas condiciones de bioseguridad.
“Estamos buscando estrategias para ofrecer nuevos servicios y poder sobrevivir. Tenemos que seguir pagando energía eléctrica e impuestos. Esperamos que el Gobierno nos apoye económicamente para no cerrar estas empresas que tanto necesitará el país por la crisis económica que habrá”, dijo Núñez Azzad.
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