El huanglongbing (HLB), una devastadora e incurable enfermedad que afecta a los cítricos, golpea a Centroamérica, una región que obtiene 866 millones de dólares al año de este sector que deberá aprender a convivir con este mal, dijo un experto a la AFP.
“Una vez llega el HLB, lo que hay que hacer es aprender a convivir con la enfermedad”, explicó Xavier Euceda, coordinador del programa de combate a esta enfermedad del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa).
Centroamérica dedica a la citricultura 703,900 hectáreas en manos de unos 129,000 productores.
2009
se identificó por primera vez el HLB en Honduras y Belice. En 2010 en Guatemala y Nicaragua, 2011 en Costa Rica y en 2016 en Panamá.
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El Salvador declaró emergencia fitosanitaria la semana pasada por la presencia del mal, y ahora toda Centroamérica enfrenta la amenaza de esta enfermedad que tiene por efecto secar los árboles.
“Biológicamente no podemos decir que vamos a erradicar totalmente la enfermedad de toda Centroamérica porque no es posible”, admitió Euceda, que en los últimos cinco años ha coordinado los esfuerzos para lidiar con el HLB. Solo existen dos formas de transmisión del HLB: a través de un insecto vector o por injerto de yemas infectadas. Los síntomas son visibles en la planta entre seis y 12 meses después de la infección.
Los daños que produce son disminución del nivel de azúcar de frutos, aumento del nivel de acidez, y disminución del tamaño y alteración del color y forma de la fruta, con la consiguiente reducción del contenido de jugo y su impacto en la calidad de la producción.