Lejos de la teoría clásica que enseñan en las aulas para formar emprendimientos, John Dobson, profesor de creatividad e innovación en la Universidad de Harvard, refuta muchas de las creencias que manejan los gobiernos y el sistema educativo para impulsar la formación de micros o pequeñas empresas.
Dobson impartió el taller Creando un sistema emprendedor efectivo en Honduras con ejecutivos de empresas y empleados de la alcaldía de San Pedro Sula, donde enseñó que los emprendimientos tienen que tener la capacidad de operar en entornos inciertos y además ser confiables para ser exitosos.
85%
de los estudiantes toma el curso de emprender solo para explorar qué es; el 7% son los que están listos para emprender; el 5% y el 3% son personas creativas y amplificadoras en EEUU
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“Más dinero tiende a llevar a peores resultados, solo extiende la vida y no la sostenibilidad de los negocios y está comprobado que la exposición tradicional socava la intención y la acción empresarial”, dijo Dobson.
Además, las ideas de que la falta de acceso a préstamos en los bancos para los emprendedores y que las grandes corporaciones sofocan a los ecosistemas de emprendimiento también son mentira. Según la experiencia de Dobson, para crear un ecosistema emprendedor se tiene que enfocar en cuatro áreas: el sector público, sector privado, el educativo y el emprendedor.
Los consejos para el sector público es que el Gobierno debe dar talleres para enseñar cómo abrir y registrar una empresa.
El sector privado debe promover proyectos reales, pero cambiando el proceso en las prácticas profesionales, la empresa debe ayudar a los estudiantes a resolver los problemas.Para los emprendedores se deben promover talleres de desarrollo de habilidades y para el sector educativo se deben desarrollar proyectos interdisciplinarios basados en acciones en diversos campos e investigaciones para las facultades.
Innovación. En un desayuno con empresarios y ejecutivos de la zona norte enfocado en la creatividad e innovación empresarial, Dobson recomendó a los gerentes cambiar la herramienta de trabajo grupal “lluvia de ideas”, ya que resulta ineficaz en la mayoría de los casos cuando se quiere innovar o crear algo nuevo.
El experto recomendó utilizar la redacción de ideas, donde se divide a las personas en grupos y cada uno escribe sus ideas aisladamente y después esa idea se rota y es mejorada por cada miembro del grupo hasta regresar a su dueño, la cual consideró más efectiva que la “lluvia de ideas”.