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Más de la mitad de empleos peligran en la industria de aceite de palma

  • 25 enero 2019 /

Productores piden al CN reestructuración de préstamos con la banca privada y estatal.

    San Pedro Sula, Honduras

    El aceite de palma ha generado un debate público sin precedentes que ha presionado a una escasa demanda del producto, el boicot de algunos consumidores en el mundo y la acumulación de existencias en los principales países productores.

    Dato
    La certificación es un sello de calidad por el cual los consumidores pagan más por adquirir productos respetuosos con el medio ambiente.

    Su presencia continúa siendo masiva en productos cosméticos y alimenticios, al grado que se calcula que más de la mitad de la población mundial lo utiliza para cocinar.

    El cultivo tiene su origen en África, aunque es en Asia, particularmente en Malasia e Indonesia, que se concentra el 86% de la producción mundial. En América Latina la producción se ha extendido en las últimas décadas, en especial en Colombia, Perú, Brasil, Ecuador, la zona de Petén en Guatemala y en la zona norte de Honduras.

    “Los precios internacionales han caído de una forma dramática y sin parar. El valor del aceite de palma en el mercado se ha depreciado en 43% y eso es bárbaro, porque implica que se ha ido a la mitad el ingreso del producto y a la mitad el ingreso de las plantas extractoras”, manifestó Héctor Castro, presidente de la Asociación Industrial de Productores de Aceite de Honduras (Aipah).

    La abismal caída de precios afecta a los más de 18,000 productores hondureños que ven en riesgo sus patrimonios y fincas de palma aceitera.

    “En este año que realmente se está sintiendo la caída del precio internacional, es importante que el productor pueda darle mantenimiento a la finca, porque al no tener rentabilidad y sentirse agobiado por la carga financiera, abandona las buenas prácticas de mantenimiento de la finca y se agrava aún más el problema”, agregó Castro.

    Según el directivo, es preciso de acciones rápidas en el primer trimestre de 2019, porque muchos de los productores tienen deudas en el sector financiero y cuando un crédito entra en mora, es difícil que se pueda reestructurar. “Es urgente ver un arreglo financiero en el corto plazo para que dé tiempo a una situación”.

    Por la tonelada, los productores están recibiendo menos de 500 dólares (12,070 lempiras), que representa una caída de más de 100 dólares en el último trimestre.

    Alternativas

    Productores explicaron que en la actualidad resulta más rentable transformar el aceite en biodiésel que venderlo como tal.

    Para ello, demandan al Estado que propicie las condiciones financieras y jurídicas para que puedan acceder a montar dos plantas de biodiésel.

    Semanas atrás, el diputado Reynaldo Ekónomo, aseguró que desde el Congreso Nacional buscará apoyar con “nuevas iniciativas y reformas que fortalezcan la economía y generen empleo e inversión”, con una ley de biocombustible que facilitará este tipo de energía renovable.

    “Son múltiples beneficios para apoyar desde el pequeño productor con una hectárea, hasta la planta productora en todos sus procesos”, dijo el legislador nacionalista.

    Caída. “Nos preocupa que ya no vamos a tener la capacidad de mantener a todos los empleados. Así como vamos, seguramente que el 50% de ellos tendrán que ser despedidos”, refirió Carlos Menjívar, presidente de Palmas Centroamericanas S.A. (Palcasa) y directivo de la Aipah.

    El porcentaje anterior equivale a no menos del 25,000 empleos que peligran.

    Agregó que es preciso que el Congreso Nacional apruebe una pronta reestructuración en las deudas que tienen agricultores y agroindustriales ante la banca nacional privada y la banca estatal.

    “No estamos pidiendo condonaciones de deuda, solicitamos que se nos reestructure las deudas a un largo plazo, mientras para esta depresión de los precios a nivel internacional”, añadió Menjívar, quien instó que así como se ha ayudado a los cafetaleros, que también enfrentan precios bajos, se les ayude a ellos.

    Según un informe del Banco Central de Honduras (BCH), a noviembre del año pasado, las exportaciones de aceite de palma sumaron 317.5 millones de dólares, que representó una baja de más de 60 millones de dólares en comparación a lo registrado en el mismo mes del año 2017.

    A pesar de ello, los exportadores debieron enviar más volumen para compensar la caída del precio e ingreso de divisas. En noviembre de 2017 mandaron 476,000 kilos y al año siguiente fueron 490,000; es decir, 16.6% adicional.

    “Necesitamos el apoyo total del Gobierno. Es urgente y no estamos pidiendo grandes cantidades y ni siquiera fondos nuevos, sino que son reestructuraciones de los fondos y los préstamos que ya tenemos. El sector palmero aporta casi 500 millones de dólares que vienen a apalancar la devaluación de la moneda y contribuir en la economía”, dijo Menjívar.