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Mercado hondureño evoluciona por la disrupción tecnológica

  • 12 agosto 2018 /

Nuevos modelos de negocio afectan propuesta de valor de servicios existentes

San Pedro Sula, Honduras

Los países que adoptaron leyes de competencia en la primera oleada, antes de 1950, son ahora economías desarrolladas.

En el país, la Comisión para la Defensa y Promoción de la Competencia (CDPC) promueve la libre competencia para un funcionamiento eficiente del mercado y el bienestar de los consumidores.

Como consecuencia de la globalización, la dinámica del mercado nacional cambia con empresas que ejecutan nuevas prácticas tecnológicas que obligan a las empresas nacionales a ponerse a tono.

Antecedentes
EEUU y Canadá fueron los primeros en adoptar leyes de competencia, 1890 y 1900, respectivamente.
“En Guatemala aún no hay ley ni autoridad de competencia, es decir, que no se está velando por un buen funcionamiento de los mercados, y en Honduras se han llevado casos grandes y que al consumidor le benefician el bolsillo”, dijo Regina Vargas, coordinadora de la Secretaría Ejecutiva de la Red Centroamericana de Autoridades de Competencia (Recac).

Las leyes de libre competencia no están limitadas a procedimientos sancionadores, sino instrumentos que velan por el buen funcionamiento de los mercados.

“Necesitamos que las empresas agarren fuerza, y eso será al poner reglas claras del juego para que grandes y pequeños puedan competir en igualdad de condiciones en esa dinámica de los mercados”, añadió Vargas.

A su criterio, un buen funcionamiento del mercado genera calidad e innovación en productos.

La especialista fue invitada a un foro organizado por la CDPC y UTH con el fin de conmemorar el Día Nacional de la Libre Competencia.

“Los mercados son muy dinámicos y, a veces, lo son más que las leyes. Ahora encontramos mercados virtuales, aplicados, por ejemplo, en el servicio de comidas, que es una disruptiva digital”, indicó Juanira Ramos, comisionada vicepresidenta de la CDPC.

La disrupción digital ocurre cuando las nuevas tecnologías digitales y los modelos de negocio afectan la propuesta de valor de bienes y servicios existentes.