En menos de seis meses de haber sido fundada, la Asociación de Empresas Tecnológicas de Honduras (Asemtech) reúne a más de 50 socios que buscan impulsar la contratación de mano de obra nacional en servicios y productos del sector, asegura su presidente Danilo Antúnez, quien insta a apoyar a las pymes para que sobrevivan al primer año y consoliden su expansión.
La asociación nace como una necesidad del sector de defender los intereses comunes, que entre ellos son promover la contratación de compañías hondureñas en el rubro de la tecnología, ya sea por parte del sector privado o de nuevos inversionistas, o del Gobierno. Según cifras que manejamos, el 60% de las compras de tecnología del Gobierno se realiza a compañías extranjeras. Entonces entramos a una contradicción de que el Gobierno apoya la generación de empleo local, pero contrata empresas extranjeras. A lo mejor el Gobierno no conoce el directorio de empresas de tecnología y ese es el objetivo de nosotros: dar visibilidad al gran recurso humano que existe en el país, con compañías que pueden proveer esos servicios.
La asociación busca a todas las empresas que ofrecen servicios relacionados con la tecnología. Tenemos compañías que no solo dan servicios al sector de la banca, sino al comercial y a todos los segmentos, como educación, sector público, organismos no gubernamentales e internacionales.
Es dar asesoramiento legal, fiscal y a nivel de marketing, que hoy en día es sumamente difícil de encontrar. Conozco empresas que no saben qué es el volumen de ventas, cómo sacar un permiso de operaciones o una constancia de pago a cuentas, y estamos apuntando apoyar a ese tipo de compañías. Las empresas grandes no necesitan ayuda, pero las medianas y las pequeñas sí, porque tienden a desaparecer por la falta de asesoramiento.
Una de las razones por las que se creó la asociación fue precisamente por eso, porque muchas empresas no llegan al segundo año, porque tienen falta de asesoramiento. Emergen empresas pequeñas que ganan concursos de startups, que pueden hacer aplicaciones y otros proyectos, pero una empresa no es lo mismo que ser empleado. Hay un nivel administrativo y legal, que en eso tratamos de apoyar a las pequeñas empresas para que puedan sobrevivir al primer año. De acuerdo con las estadísticas que tenemos, el 75% de las empresas no pasan del primer año y es un tema que debemos atacarlo. Asociaciones más fuertes, como la Andi, tienen muy maduro ese concepto y se apoyan bastante. Eso es lo que buscamos, apoyar a las empresas de nuestro sector en su sobrevivencia y en el establecimiento de su expansión.
Hay compañías hondureñas que proveen de servicios de tecnología a empresas estadounidenses y es una locura, porque hay empresas hondureñas que contratan a gringos, cuando hay capacidad y talento en empresarios hondureños.
La información está al alcance de quien quiera buscarla. En Honduras son muy autodidactas y también de empresas, como la mía, que nos dedicamos a terminar de formar. El sistema educativo nacional enseña tecnología de hace 20 años, pero las empresas exigen la tecnología del hoy.
Por ahora solo tenemos un estimado del sector bancario, que invierte 600 millones de lempiras al año en tecnología. De esa cantidad, el 40% se queda en empresas hondureñas. Uno de los objetivos nuestros es tener un directorio del sector.
