Las estadísticas en contra se borran con entrega, decisión y una mentalidad similar a la de Roger Rojas, “que esos cheles se vayan rojos del Olímpico” dijo el delantero sobre Estados Unidos.
El goleador olimpista no tiene más en mente que Honduras debe seguir haciéndose respetar en el estadio Olímpico “nuestro fortín. No importa por cuantos goles, sino ganar”, expuso ayer, durante el segundo entrenamiento de la Bicolor, previo a medirse a los estadounidenses en el debut de la hexagonal final de la Concacaf el miércoles próximo.
“El equipo se va a morir en casa” ante un equipo que juega ordenado, siguió diciendo el RoRo y sobre su sequía ante las redes, declaró, “el gol va a llegar en cualquier momento, no estoy ansioso, si fallo uno el otro puede ser”.
Doble susto
Las lesiones han sido el fiel compañero de la Selección en las últimas concentraciones. Ya sin Emilio Izaguirre en el barco ayer Boniek García encendió las alarmas con un golpe en su pierna izquierda que no le permitió terminar la práctica, pero no le borró la sonrisa y dijo que no cree sea de consideración, aunque se le aplicarán los cuidados médicos respectivos.
En el calentamiento José Mendoza necesitó de atención especial por un doblón en un dedo de la mano que le fue colodado en su puesto mediante la intervención del doctor y ante la broma de que si estaba mal llamarían al españolista Kevin Hernández, dijo apresuradamente, “ya no me duele, estoy bien”.
El día terminó sin nuevos llamados por los lesionados Emilio Izaguirre y Andy Nájar.
