A él no le gusta hablar mucho del pasado, pero nadie puede negar que el nombre de Ramón Enrique Maradiaga está escrito con letras de oro cuando se trata de los duelos eliminatorios mundialistas Honduras-México en suelo catracho.
El pueblo hondureño esperó 31 años para celebrar en casa una victoria ante el llamado Gigante de la Concacaf. Honduras venía de una derrota 3-0 de visita contra Jamaica y el pase a Francia 98 se puso a la deriva.
“En Kingston recibí el respaldo del presidente de la Federación (Jorge Cocoy Abudoj), hablé con Gilberto (Yearwood) para darles cabida a otros elementos en el juego contra México. Se habló con los jugadores de lo importante de ser los primeros en ganarle. Se hizo un entorno positivo”. Esa fue la clave, recordó Maradiaga, para la noche de una recordada e impresionante luna llena en el Morazán el 21 de septiembre de 1996.
“Nunca dudé de que se podía lograr. Contaba con los hombres adecuados. Dependía de la actitud y la había. Después se dio la alegría inmensa, se abría la opción de pasar a la siguiente ronda, aunque todo quedó luego a medias” tras la eliminación en la ruta mundialista de ese entonces.
El otro
Camino a Corea-Japón 2002 se logra el segundo triunfo consecutivo sobre los mexicanos: Ramón Enrique siguió al frente de la Bicolor.
“Fue una etapa diferente. A México no se le venían dando los resultados y con Enrique Ojitos Meza de entrenador. Buscamos atacarlos por los lados aprovechando que teníamos a Carlos Pavón” en uno de sus mejores momentos; hizo tres tantos esa noche del 20 de junio de 2001 en el Olímpico.
Honduras contaba con jóvenes que habían tenido su buen momento en la clasificación y la disputa de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, pero de poca experiencia en partidos de esa índole, como Valladares, Iván Guerrero y Maynor Suazo, entre otros.
“Se dispuso hacer un partido dinámico, no darles tiempo de que se acomodaran a su juego”.
Sobre las dos experiencias triunfadoras de Maradiaga opinó que su estrategia le funcionó “jugándole de tú a tú”, aunque esto no es “una medicina” que funciona para una determinada enfermedad, “cada partido es una historia diferente”, aclaró.
Favoritismo
Según el Primi, si Honduras mantiene el nivel mostrado en 2-1 sobre Estados Unidos, “no tengo duda de que hay muchas posibilidades de ganar” este 22 de marzo en el Olímpico.
Afirma que México vendrá a no querer perder, presionado por los dos puntos que se le quedaron sorpresivamente en el estadio Azteca frente a Jamaica en la fecha inicial de la hexagonal final de Concacaf.
“Con el trabajo que el técnico (Luis Fernando Suárez) está realizando veo favorable” el panorama, pero hay que “esperar, no debemos adelantarnos a los acontecimientos”, recomendó el exmundialista como jugador en España 82.
Para esta ocasión, el Primi ve la situación con optimismo y estará atento, esperando que se dé el quinto triunfo consecutivo en San Pedro Sula.
No le gusta estar en el estadio como un aficionado más apoyando al Equipo de Todos, “prefiero quedarme en casa solo. No lo veo ni siquiera con la familia. Me gusta analizarlo” fríamente según su estilo. A la hora de los goles, “me alegro, pero no grito”, concluyó.
