Tegucigalpa, Honduras.
Marathón tuvo que remar contra la corriente para conseguir ayer un empate 1-1 frente a Motagua en el estadio Nacional. El resultado mantiene a los sampedranos a dos puntos de distancia del Vida en el descenso.
Sin Amado Guevara entre los 18 y con Emil Martínez en la banca, los esmeraldas se fiaron de la picardía y potencia de sus atacantes Diego Reyes y Mitchel Brown para incomodar a la defensa de los azules.
A los 15 minutos, la polémica dijo presente en el clásico. Diego Reyes intentó escaparse y superar la marca de Mayorquín e Izaguirre, pero en su intento fue cruzado y derribado por el contención de las águilas.
Fue un penal claro, pero el central Óscar Moncada desestimó esa sentencia y prefirió sancionar un tiro libre al borde del área. No fue la única vez que se equivocó; más adelante, Henry Figueroa cometió falta sobre el juvenil John Suazo también dentro del área y Moncada no lo marcó.
Con todo y esto, la historia pudo haber cambiado si al 18 el cabezazo del defensor Luis Maldonado hubiese rebasado totalmente la línea de la meta, pero, para fortuna de Portigliatti, el remate solo besó la portería.
Al 19, Maximiliano Lombardi asistió milimétricamente a Rubilio Castillo, quien con potente disparo de zurda venció a Mathías Rolero. Era el 1-0.
Marathón perseveró y al 56 del complemento logró el empate con un penal. ¡Irónico! Júnior Izaguirre derribó a Brown y Moncada esta vez sí pitó la falta. El capitán Mario Berríos se encargó de transformarla en gol y poner el 1-1 definitivo.
