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'No pensé estar en la historia”: Marco Tulio Vega

  • 22 enero 2013 /

El delantero del Marathón logró el primer gol del Clausura 2013, un privilegio conseguido a los tres minutos de juego.

Marco Tulio Vega arranca por segunda vez con doblete en un torneo para Marathón. Este fue especial, porque entrará en la historia entre los que anotaron el primero de un campeonato de Liga Nacional.

“Es diferente” porque su nombre ahora aparecerá en el listado eterno que inició con Pedro Deras (Honduras) en 1965; pero en ese momento que lo hizo al minuto tres del duelo sabatino contra Platense, “no me puse a pensar en eso de la historia, en mi mente solo quería ganar el partido”.

Después hizo un segundo que, en lo personal es una historia que se repite. El 7 de agosto de 2011 hizo doblete ni más ni menos que en su debut con los verdolagas en un 5-0 frente al Deportes Savio (los otros tres se los acreditó el uruguayo Claudio Cardozo).

Sus goles

Según su cuenta personal ya lleva 16 anotaciones en cuatro torneos vistiendo el uniforme del monstruo verde.

“Los goles me dan tranquilidad y confianza. Me toca seguir metiéndola en las redes contrarias”, declaró el jugador nacido en el 14 de abril de 1987 en Utila, Islas de la Bahía, pero creció en Sonaguera, Colón, a puro jugo de naranja.

Recuerda que al mismo cuadro porteño le hizo otro tanto tempranero, “fue como al minuto y medio”.

Él no se cansa de repatir la palabra “trabajar y trabajar” cuando se le pregunta si este es el torneo donde puede ratificarse como un goleador del equipo, “me falta mucho por aprender”.

Para Vega, la máxima enseñanza en su estadía en la primera división es “que cada día es una competencia, una pelea sana por un puesto en el equipo con los compañeros”.

Acepta que los goles también traen presiones, la gente está más pendiente de los artilleros en la hora buena y en la mala, “aunque la meta siempre es sumar para la institución”.

A la hora de recordar cada uno de sus 16 goles en la liga de privilegio no tiene ningún favorito, “para mí todos son espectaculares. El mejor siempre es el último que se mete”, concluyó.