Anda un monstruo suelto en la gran ciudad y ayer cobró su primera víctima: un escualo que resultó menos espinoso de lo esperado. Así, el Marathón con un 3-0 sobre Platense se agenció sus primeros tres puntos del torneo.
El Clausura se abría paso con este juego entre verdolagas y selacios en el estadio Yankel Rosenthal.
La tarde fue fresca. Ambos equipos lucían uniformes vistosos: Marathón, un verde tierno fluorescente con encendido rojo en el cuello y las mangas; Platense, de blanco, con verde llamativo en las mangas.
La afición no fue mucha como se esperaba, pero sí muy bulliciosa. La pelota empezó a rodar y ya a los tres minutos Marco Tulio Vega escribió su nombre con el primer gol del torneo en favor de Marathón. Espinoza desbordó por la izquierda y envió el centro perfecto para la llegada de Vega, quien con certero frentazo puso a celebrar temprano a los de casa.
Los dirigidos por Carlos Martínez, quien debutó en el banco verdolaga, parecían un remolino en las primeras de cambio ante el desconcierto del Platense, que también estrenaba técnico, Hernán García, no menos experimentado que el primero.
Los selacios empezaron a asentarse en el terreno de juego y de dominados pasaron a dominadores. Byron Méndez empezaba a ser un dolor de cabeza para la zaga esmeralda con sus penetraciones, pero sobre todo con un disparo de media vuelta que por poco sorprende al golero beliceño Shane Orio al estrellarse la bola en el vertical.
El mismo Méndez metió un rezago para José Cacildo, que en el área chica, con todo el arco a su merced, le dio de cajón al balón, pero como un defensa: para afuera.
Cacildo tendría dos ocasiones más frente al arco, pero las dejó escapar. Mientras los porteños perdonaban, Marathón era más efectivo. Al minuto 39, Vega se alzó con su doblete de la tarde.
Rony Flores, que un minuto antes había malogrado un centro de cabeza, se reivindicó tras arrastrar marcas y enviar un rezago a Vega, que solo llegó a tocar el balón al fondo de la red.
El segundo tiempo comenzó más equilibrado, pero Platense, incluso con los cambios en ofensiva, no logró encontrar la ruta al gol.
Dixon Duarte y el recién ingresado colombiano Steven Jiménez malograron las únicas dos ocasiones que los selacios crearon en este período porque todo lo demás fue de Marathón, que con más posesión del balón en comparación con el primer tiempo logró el tercer gol del duelo. Altamirano metió un rezago para Randy Diamond, que tenía pocos minutos en el terreno de juego, y de zurda envió el balón al fondo para redondear el 3-0 del Monstruo.
