Madrid, España
Álvaro Arbeloa se puso por primera vez la camiseta del Real Madrid cuando apenas tenía 18 años de edad. Procedente de las categorías inferiores del Zaragoza, ciudad a la que se trasladó a los cuatro años tras haber nacido en Salamanca, aquel defensa delgaducho no sabía que por delante le quedaba una carrera prolongada en el fútbol profesional y cuyos años más gloriosos transcurrirían en el primer equipo de los blancos.
Este domingo, casi 15 años más tarde de aquella primera vez, Arbeloa competirá por última vez en el césped del Santiago Bernabéu con la elástica del Real Madrid. Este domingo, ante el Valencia, el Espartano se despedirá de sus huestes para siempre en lo que también podría ser su último duelo con la elástica merengue.
Sí, al Real Madrid le quedan todavía dos partidos más esta temporada, pero nadie en el club descarta que el '17' se vista de corto en el útlimo partido de Liga. Lo de jugar la final de la Champions, salvo sorpresa u homenaje en forma de sustitución, también parece descartado. Y es que él, Arbeloa, se marcha.
Es la primera baja ya conocida para la próxima temporada. Se le acaba el contrato y en el Real Madrid nadie se lo ha querido prolongar. De hecho, su continuidad este curso en la escuadra blanca ya se había puesto en entredicho. Sólo la llegada de Benítez, con quien coincidió en el Liverpool, frenó su adiós en la que se ha transformado en una temporada tortuosa para él.
Apenas ha disputado ocho encuentros, la mayoría intrascendentes. Su rendimiento ha bajado y eso se deja notar en el rol que le han otorgado sobre el césped, aunque su papel lejos, en el vestuario, no sólo no ha disminuido, sino que ha crecido. A sus 33 años, la mayoría de sus compañeros lo consideran un capitán sin brazalate, más si cabe este año que no cuenta con 'enemigos' cerca.
Ya sin Casillas, Arbeloa ha podido dejar salir su forma de ser con más naturalidad. Así, por ejemplo, se le ha visto arengar al equipo tras eliminar al Wolfsburgo en Champions o llamar la atención a los que se tomaban a la ligera un entrenamiento tras una derrota dolorosa.
Así es Arbeloa. Para lo bueno y para lo malo. Una forma de ser que gusta a Zidane. El francés ya lo ha piropeado en sala de prensa y por eso, porque le gusta, le dará la oportunidad de que se despida de su gente sin temor a que el equipo pierda competitividad en un choque clave para seguir luchando por la Liga. Una batalla en toda guerra para que el 'espartano' diga adiós a un templo que lo adora.
