San Pedro Sula, Honduras.
“Le pregunté al doctor si me iba a morir”. Esta dramática revelación proviene del técnico nacional Hernán García Martínez, que desde hace 13 años lucha contra el cáncer de vejiga, que espera vencer para volver a hacer lo que siempre lo ha apasionado: dirigir equipos de fútbol.
García, que el lunes anterior fue sometido a una segunda intervención quirúrgica para expulsarle vestigios del tumor canceroso en la vejiga, se prepara para lo que pudiera ser una tercera cirugía la próxima semana en un hospital de Nueva Jersey, donde recibe el apoyo de su hija Aylin y su sobrina Aixa García, quienes velan en todo momento por la salud del estratega hondureño.
Recuerda que recibió la triste noticia en 2002, cuando dirigía al Victoria de La Ceiba. Empezaba a orinar sangre y su salud se había quebrantado cuando fue ingresado a un hospital ceibeño.
“Ahí fue donde le pregunté al doctor si iba a morir y me dijo que era un tumor maligno que se me detectó en la vejiga, pero no creía que me moriría por eso y con una operación y tratamiento se podía eliminar, y así fue. Por lo menos eso creía.
Con el tiempo me hice otros exámenes y estaba limpio. En 2007, un doctor me había dicho que estaba completamente sano y cuando creía que estaba curado, en 2013 cuando dirigía al Platense, la enfermedad regresó”, comentó García.
El adiestrador confesó que tomó la noticia con tranquilidad porque desde que era un niño siempre ha sido aferrado a las cosas de Dios y en esta ocasión, el Altísimo no lo iba a abandonar.
“Siempre he sido una persona muy católica, desde que era niño. Por eso tengo gran fe en Dios de que me recuperaré y nuevamente estaré en un área técnica, haciendo lo que más me gusta: dirigir”.
En Platense, Hernán logró controlar la enfermedad con medicamentos, pero un año después los síntomas volvieron y cuando estaba dirigiendo al Parrillas One, equipo ahora en la Liga de Ascenso, su situación empeoró.
Recordó que cuando dirigió el último partido de la primera vuelta con el club parrillero contra el Victoria, por poco se desmaya.
“A pesar de que estaba bien fregado, tenía confianza de que lo podía sacar. La situación del equipo no era tan buena porque casi todo el plantel se renovó y había que conocer al jugador y todo lo que se acostumbra cuando llega un jugador nuevo y ahí llegaron 12, pero en verdad, Dios sabe lo que hace porque ese partido contra Victoria parecía que me iba a desmayar.
El médico del equipo me dio unos medicamentos y pude dirigir el segundo tiempo. Al día siguiente me encontraba en el Seguro, donde me pusieron siete pintas de sangre”.
El extécnico del Marathón y Real España dijo que todo estaba listo para que le hicieran una intervención en el Seguro Social, pero tuvo la fortuna de contar con la ayuda de su hija Aylin y su sobrina Aixa, quienes se lo llevaron a Estados Unidos, donde le practicaron la segunda operación el lunes anterior.
Hernán García está esperando los resultados de la biopsia para saber si será necesaria la tercera intervención. El gran inconveniente es que cada operación cuesta 50 mil dólares y la anterior con todo y exámenes le costó alrededor de 60 mil dólares, a lo que hasta ahora ha podido hacerle frente con un subsidio y con la colaboración de muchas personas en Honduras, por lo cual dice que está muy agradecido.
Sobre el peligro o las consecuencias de una tercera intervención, Hernán García se muestra sosegado y optimista: “Estoy listo para lo que los doctores decidan y tengo plena confianza en Dios y en los doctores que todo va a salir bien”.
Al preguntarle si le temía a la muerte, el estratega no negó que siente un poco de temor, “sí, un poco, más pensando en mi familia, mis hijos y mi nieta, pero soy un guerrero y siempre mantengo la fe en Dios. Sé que esta es una prueba difícil y Dios manda este tipo de pruebas a sus mejores guerreros y he demostrado que ante la adversidad no me he quebrantado”.
Ora por Chelato.
El técnico nacional dejó por un momento de lado su enfermedad para referirse a Chelato Uclés, quien acaba de ser intervenido en Costa Rica para salvarle el pie derecho debido a la diabetes.
“Chelato fue mi mentor y me dio mucha tristeza cuando me enteré de que le podían amputar la pierna. Mis oraciones para él. Confío en Dios que pueda restablecerse”.
García tuvo palabras para el ya desaparecido Enrique Reneau, a quien una enfermedad neurocerebral le quitó la vida la semana anterior: “Me dio un gran dolor cuando me enteré de la muerte de Reneau, pero él ya está descansando”, mencionó con resignación el entrenador.
