Tegucigalpa, Honduras.
Henry Figueroa y Wilmer Crisanto prácticamente bajaron del avión de la Selección Nacional de Honduras y se enfundaron el uniforme de Motagua para salir ante Platense y jugar la repesca.
Los dos seleccionados llegaron rendidos al país pero su amor el club pudo más.'Fue un viaje muy agotador de muchas horas de vuelo pero nosotros queríamos ser parte del partido. Nos preguntaron cómo llegábamos y si podíamos jugar y nosotros dijimos que sí', dijo Figueroa, quien anotó el primer gol del Mimado.
Henry apareció en el centro del campo, esta vez no fue el central que estamos acostumbrados a ver. El 3 no fue una fiera recuperando balones y tampoco pudo crear tanto fútbol pero repelió bien los avances del Tiburón.
'Yo debuté en Liga Nacional como un contención así que no se me hizo raro jugar en ese puesto cuando el técnico me dijo que iba ahí no me preocupé. Yo siempre veo los partidos de los grandes jugadores del extranjero y ellos se adaptan al puesto que los pongan porque lo importante es cumplir con lo que te pide el entrenador', aseguró el central.
A los 24 minutos Figueroa se fue con todo buscando el gol que le diera el empate a Motagua que en ese momento estaba perdiendo frente a los Tiburones. Henry lo consiguió cuando Mariano Pineda soltó el esférico.
'Fue una jugada muy complicada porque el portero rebota la pelota en corto. Yo leí la jugada y me barrí para anotar. Fue un gol de puro coraje. El gol que anoté sirvió porque nos motivamos y buscamos el 2-1'.
Agregó que 'esta llave termina en casa y esperamos ganar en el Nacional'.
