La Ceiba, Honduras.
Sentado en las graderías del Complejo Wilson Palacios, don Eulogio mira a su alrededor y sonríe. Hoy en día, parte del sueño que comenzó a edificarse cuando se colocó la primera piedra de este recinto es una realidad.
Metafóricamente podríamos decir que el patriarca del clan Palacios-Suazo es como esos artesanos que toman barro y moldean. Dicho desde el fútbol, es un formador de valores.
El éxito de su hijos Milton, Jerry, Wilson y Johnny, todos ellos seleccionados nacionales en su momento, no es su mayor satisfacción, sino el mejor ejemplo de lo bien que hace su labor.
Luego de muchos años de pasar de cancha en cancha decidió establecerse y por eso recurrió al tercero de sus vástagos. “Yo fui quien le pedí a Wilson que me hiciera una cancha porque siempre estuve en canchas prestadas. Anduve en toda La Ceiba con mi equipo y siempre me sacaron”, recuerda.
Envidiable
El terreno de juego de este hermoso complejo ubicado en Vistas de Satuyé tomó como modelo el campo del Stoke City. Su sistema de drenaje es moderno y sus verjas son iguales a las que se utilizan en los estadios ingleses.
Pero el proyecto apenas comienza porque la idea es agregarle a este complejo otra cancha destinada a las ligas menores, un hotel que sirva de concentración y una piscina. “Queremos generar trabajo a quien lo necesite. Yo aquí paso todos los días soñando esto”, nos comenta don Eulogio.
Ahora mismo, más de 100 niños y jóvenes del equipo Las Mercedes, divididos en cuatro categorías (U-12, U-14, U-16 y Liga Mayor) utilizan como sede este escenario.
En el pasado, papá Palacios surtió de jóvenes al club Olimpia. Néstor Martínez y Carlos Gutiérrez fueron los más recientes. Pero él no quiere quedarse allí. Espera que en algún momento la Federación tome en cuenta a los chicos de Las Mercedes para selecciones juveniles.
Campaña
De pronto suena un teléfono celular. Don Eulogio interrumpe la plática y responde: “Hasta ahorita me llamás, jodido”. Del otro lado, Johnny escucha. “Estamos bien, hijo. ¿Y tu hermano? Pasámelo que quiero hablar con él”, continúa el progenitor.
Minutos después, la llamada finaliza y nos explica: “Johnny está con Wilson en Inglaterra. Allá está recuperándose de su lesión”.
Aprovechamos el momento para preguntarle sobre la iniciativa de Wilson de hacer una campaña para ayudar a niños en riesgo social y prevenir la violencia. “La campaña de Wilson siempre ha existido. Él coopera con los niños de la calle; incluso piensa en un futuro mantener esos niños acá y ayudarlos en sus estudios. Eso es apenas un proyecto”, refirió su padre.
Eso sí, aclaró que a ninguno le gusta hacer propaganda con eso. Ellos prefieren actuar.
Don Eulogio ha trabajado toda su vida por realizar lo que le apasiona; ese legado espera dejarles a sus hijos, que en un futuro estarán al frente de ese sueño. “Surgimos de la nada y queremos enseñarle a la gente que se puede hacer algo de la nada”, nos dice.
Es momento de verlo en acción, sus pupilos, llenos de energía y con ganas de comerse el mundo, escuchan atentamente sus instrucciones y sus consejos.
“La humildad es clave para lograr el éxito”, les señala. La desaparición de Edwin René fortaleció las ganas de seguir adelante de este hombre luchador.
Sentado en las graderías del Complejo Wilson Palacios, don Eulogio mira a su alrededor y sonríe. Hoy en día, parte del sueño que comenzó a edificarse cuando se colocó la primera piedra de este recinto es una realidad.
Metafóricamente podríamos decir que el patriarca del clan Palacios-Suazo es como esos artesanos que toman barro y moldean. Dicho desde el fútbol, es un formador de valores.
El éxito de su hijos Milton, Jerry, Wilson y Johnny, todos ellos seleccionados nacionales en su momento, no es su mayor satisfacción, sino el mejor ejemplo de lo bien que hace su labor.
Luego de muchos años de pasar de cancha en cancha decidió establecerse y por eso recurrió al tercero de sus vástagos. “Yo fui quien le pedí a Wilson que me hiciera una cancha porque siempre estuve en canchas prestadas. Anduve en toda La Ceiba con mi equipo y siempre me sacaron”, recuerda.
 Los muchachos ven en don Eulogio no solo un entrenador, sino un padre y guía. |
El terreno de juego de este hermoso complejo ubicado en Vistas de Satuyé tomó como modelo el campo del Stoke City. Su sistema de drenaje es moderno y sus verjas son iguales a las que se utilizan en los estadios ingleses.
Pero el proyecto apenas comienza porque la idea es agregarle a este complejo otra cancha destinada a las ligas menores, un hotel que sirva de concentración y una piscina. “Queremos generar trabajo a quien lo necesite. Yo aquí paso todos los días soñando esto”, nos comenta don Eulogio.
Ahora mismo, más de 100 niños y jóvenes del equipo Las Mercedes, divididos en cuatro categorías (U-12, U-14, U-16 y Liga Mayor) utilizan como sede este escenario.
En el pasado, papá Palacios surtió de jóvenes al club Olimpia. Néstor Martínez y Carlos Gutiérrez fueron los más recientes. Pero él no quiere quedarse allí. Espera que en algún momento la Federación tome en cuenta a los chicos de Las Mercedes para selecciones juveniles.
 Imagen de la cancha del Complejo Wilson Palacios.
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De pronto suena un teléfono celular. Don Eulogio interrumpe la plática y responde: “Hasta ahorita me llamás, jodido”. Del otro lado, Johnny escucha. “Estamos bien, hijo. ¿Y tu hermano? Pasámelo que quiero hablar con él”, continúa el progenitor.
Minutos después, la llamada finaliza y nos explica: “Johnny está con Wilson en Inglaterra. Allá está recuperándose de su lesión”.
Aprovechamos el momento para preguntarle sobre la iniciativa de Wilson de hacer una campaña para ayudar a niños en riesgo social y prevenir la violencia. “La campaña de Wilson siempre ha existido. Él coopera con los niños de la calle; incluso piensa en un futuro mantener esos niños acá y ayudarlos en sus estudios. Eso es apenas un proyecto”, refirió su padre.
Eso sí, aclaró que a ninguno le gusta hacer propaganda con eso. Ellos prefieren actuar.
Don Eulogio ha trabajado toda su vida por realizar lo que le apasiona; ese legado espera dejarles a sus hijos, que en un futuro estarán al frente de ese sueño. “Surgimos de la nada y queremos enseñarle a la gente que se puede hacer algo de la nada”, nos dice.
Es momento de verlo en acción, sus pupilos, llenos de energía y con ganas de comerse el mundo, escuchan atentamente sus instrucciones y sus consejos.
“La humildad es clave para lograr el éxito”, les señala. La desaparición de Edwin René fortaleció las ganas de seguir adelante de este hombre luchador.
