El tenista serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, lamentó este viernes haber perdido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 ante el español Pablo Carreño, y señaló que dio “todo” lo que tenía.
“Lamento no haber ganado una medalla para mi país”, dijo el de Belgrado en declaraciones a la prensa tras el encuentro por la presea, en el que cayó por 4-6, 7-6(6) y 3-6, y pidió perdón a los aficionados decepcionados.
“Así son los deportes. Lo he dado todo, lo que fuera que me quedaba en el tanque, que no era mucho; lo he dejado todo en la pista”, aseguró el serbio, que parecía imbatible esta temporada.
“No pude dar los resultados esperados ayer ni hoy. El nivel de tenis bajó, estoy agotado física y mentalmente, pero no me arrepiento en absoluto haber venido a los Juegos Olímpicos”, añadió.
Djokovic considera que “no existen las coincidencias en la vida y todo pasa por una razón”, y dijo que algunas de las derrotas más “descorazonadoras” de su carrera normalmente lo han fortalecido “en todos los sentidos” y que seguirá adelante para alcanzar París 2024.
“Espero que las consecuencias físicas no me creen un problema, algo de lo que no estoy seguro ahora”, añadió.
LESIÓN EN EL HOMBRO
Novak Djokovic, fundido tras perder la medalla de bronce contra Pablo Carreño. Foto AFP
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Los australianos 'Ashleigh Barty y John Peers obtienen la victoria frente a Djokovic y Nina Stojanovic y ganan la medalla de bronce para Australia', añadió la ITF.
Djokovic, que disputó este sábado contra Carreño su noveno partido en una semana y su séptimo desde el miércoles, perdió contra el español en dos horas y 47 minutos de juego. Se despidió también de su objetivo de conquistar el Golden Slam, los cuatro torneos grandes y el oro olímpico en un mismo año.
Al final no solo se queda sin ese hito, que en la historia solo lo había logrado la alemana Steffi Graff en 1988, sino que se marcha de Tokio por la puerta de atrás, sin medalla y dejando un par de momentos que tampoco le ayudarán a ganar popularidad.
SUS BERRINCHES
El serbio se sacó su furia destrozando una raqueta contra la red. Foto EFE
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Atribuyó esos gestos a la “emoción y la tensión en la cancha” y se disculpó: “No es la primera vez, probablemente no será la última. No es bonito pero es parto de lo que soy. No me gusta hacer esas cosas, lo siento por enviar ese tipo de mensajes. Pero somos seres humanos, ¿sabes? Y a veces es difícil controlarse”.
El paso de Djokovic por Tokio ya había dejado otro momento polémico cuando, en pleno debate sobre la salud mental de los deportistas, a raíz de la retirada de la estrella estadounidense de la gimnasia Simone Biles del concurso por equipos y el general individual por tener 'demonios en la cabeza', el serbio declaró que 'la presión es un privilegio' del deporte profesional y que para que un deportista se mantenga en la cima 'tiene que aprender a gestionar la presión'.