Hubo tiempo en que el fútbol era cosa de hombres, pero eso quedó atrás y actualmente este bello deporte lo disfrutan las personas sin importar el sexo.
Por eso, y a propósito de la final del fútbol hondureño, decidimos reunir a dos furibundas aficionadas. Una de corazón verde y la otra de sangre azul.
Una de ellas es la extrovertida Yulia Posas, recalcitrante seguidora del Motagua, que explica así su sentimiento. “Lo sigo porque es una pasión, una enfermedad, lo llevo en la sangre y en mi corazón”, asegura.
AFICIONADAS DE TIEMPO COMPLETO
Posas recuerda que “en una ocasión casi pierdo mi trabajo porque quería ir a ver un partido al Excélsior y me escapé, lastimosamente aparecí en una foto de LA PRENSA y me mandaron a Recursos Humanos”, contó.
Gisell García es aficionada del Marathón desde los cinco años.
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En tanto, la fanática de los verdes tiene un discurso parecido: “La verdad en nuestro equipo todos son importantes, creo que todos han desempeñado un gran torneo, todos tienen mi admiración”.
LA ALINEACIÓN
Estas dos chicas sí que saben de fútbol. Gisell nos cuenta cómo le gustaría ver al Marathón en el Yankel Rosenthal: “Sería el mismo que sacó en la ida, con Lahera y Yustin arriba”.
Yulia Posas perdió su trabajo en una ocasión por ir al estadio a ver al Motagua.
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EL FAVORITO
Yulia, quien nos contó que ha seguido por todo el país a la águilas azules, piensa que el equipo de sus amores puede coronarse en el Yankel: “Tiene capacidad, ya ha ganado en el Yankel. En 13 partidos que se han enfrentado, seis ganó Marathón, cinco de Motagua y dos empates. Creo que podría ganar”.
Igual confianza mantiene Gissell, quien es colaboradora voluntaria en muchas actividades: “Primero vamos a ganar, estamos en nuestra casa, vamos a contar con la afición, sobre todo porque los jugadores tienen la capacidad de ganar. No nos intimidaron en el Nacional y no lo harán en nuestra casa”.
Veremos quién de estas furibundas celebra y a quién le toca llorar por la derrota.
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