25/04/2024
02:29 AM

Ivania Reyes, la ejemplar esposa de Boniek García

La chica que conquistó al futbolista hondureño ha sido una estupenda esposa y madre de familia.

Houston, Estados Unidos.

El valor de la labor de una madre es incalculable, los sacrificios que conlleva esa noble labor son inimaginables, los cuales presentan en su camino múltiples sinsabores y pese al amor que florece en la sonrisa de cada infante, las espinas en ese proceso siempre van dejando su sello, así es la historia de Ivania Reyes, la esposa del futbolista del Houston Dynamo, Boniek García.

Es una mujer que se dobló, pero no se rompió, ante las pruebas de vida o muerte que tuvo que atravesar por el amor a sus tres hijos.

Han pasado 13 años, desde que Boniek García e Ivania sintieron la necesidad de hacer una vida juntos, todo empezó con la alegría propia que conlleva un noviazgo, tiempo en el que esta juvenil pareja planificaba lo que sería el futuro juntos y a medida que la joven promesa del futbol hondureño, se consolidaba en el futbol nacional y la selección de Honduras le abría sus puertas, recibieron la confirmación de la llegada de Lourdes García, la bebe que tanto habían estado buscando.

Cuando salí embarazada, le dimos gracias a Dios por ello, pero lo que nunca me imaginé, es que, el iniciaría en ese preciso momento esa vida de viajes, largas concentraciones y que apenas lograría verlo, tuve la fortuna de tener mi familia cerca y el estar en Honduras lo hizo muy placentero, hasta podría decir que no lo extrañaba tanto, inclusive cuando ella nació, él no estaba y la vino a conocer a los 10 días de nacida, era una situación complicada y que no tenía solución por su trabajo”, indicó Ivania.

Aquel mágico momento, que ambos imaginaron compartir y construyeron juntos, vio al mediocampista hondureño, en una concentración de la selección de Honduras en Miami y a Ivania en una sala de hospital a miles de kilómetros de distancia, este momento marcó un punto importante en la vida de este matrimonio, sin embargo, la situación personal de Ivania tomaría un rumbo más drástico, una vez que su esposo despuntó con la bicolor y con el club Olimpia.

“No era muy agradable el vivir esos momentos sola, pero me alegraba verlo crecer y entendí que todo lo que hacía era por nosotros, sentía su apoyo, aunque no disfrutaba de su presencia, en ese entonces no habían video llamadas, no podía enviarle fotos y era muy complicado, pese a no tener tanto conocimiento del cuidado de una bebe, no fue tan complicado, porque conté con el respaldo de mi mamá y mi suegra, me sentía en familia, pero Boniek pasaba mucho tiempo ausente”, aseguró Reyes.

En el 2012, el Houston Dynamo hizo oficial la contratación de Boniek García y con ello Ivania y la pequeña Lourdes hicieron maletas para inmigrar a Texas, fue durante el mejor momento futbolístico del jugador hondureño, que una sorpresiva noticia cambio el destino de la joven familia.

Ivania se encontraba embarazada y esperaba gemelos, bajo una delicada situación que ponía en riesgo su vida y en especial la de sus hijos, en esta oportunidad no había familiares que le brindaran una mano.

“Este embarazo fue una sorpresa para ambos, nuestra atención estaba puesta en la niña y de repente recibo la impactante noticia, mi reacción fue mucho mayor cuando me indican que son dos, fue un momento difícil, empezamos a analizar cómo le haríamos, de qué manera enfrentaríamos esta situación, el que fuera una maternidad de alto riesgo vino a complicarlo todo, me la pase dos veces por semana haciendo visitas al hospital, mientras Boniek tenía infinidad de compromisos con el club'.

Pese a las dificultades familiares y con la vida de sus gemelos en riesgo, Ivania animó a Boniek a enfocarse en lo futbolístico, como resultado de ello, el Houston Dynamo llegó a la final de la MLS, de la mano de uno de los futbolistas más influénciales en aquel momento.

Un gol de García, permitió a los naranjas derrotar al D.C United y de paso sus fenomenales actuaciones en medio de un momento oscuro y de incertidumbre ,le valieron para ser nombrado el “Latino del año” de la liga estadounidense.

“Estábamos solos aquí, nuestra ayuda venia de Dios y aprendimos a ser fuertes, nuestra comunicación mejoró y me tocó aprender a valerme por mi misma, yo le decía a el que íbamos a salir adelante, así enfrente mi embarazo y el escuchar el corazón de mis hijos, me llenaba de fortaleza', puntualizó.

Foto: La Prensa
Foto: La Prensa

¿Dónde estaba Boniek el día de su parto?

Por fortuna, él estaba en Houston y me acompañó al Hospital, estuvo presente en el parto, pero el siguiente día viajaban a Washington para la final de la conferencia de este ante el D.C United, el equipo iba prescindir de sus servicios, pero le pedí que se fuera y jugara, le dije que fuera responsable en su trabajo, fue un día muy lindo, nacieron nuestros hijos, metió un gol, jugo muy bien y salió campeón”, acotó mientras sonreía, tal como lo haría su siempre sonriente esposo.

¿Qué tan duro ha sido en Estados Unidos?

Aquí Boniek viaja más, ha estado concentrado en la selección de Honduras por meses, más los múltiples compromisos que conlleva jugar en la MLS.

Cuando nacieron los niños fue el peor mes y cuando se marchaba era mucho peor, me tocaba levantarme muy temprano, manejar para ir a dejar a la niña, despertar a los recién nacidos para subirlos al carro, darles sus cuidados y atenciones, limpiar la casa, era tanto que lloraba mucho, sentía que no podía, mis padres y mi suegra no podían viajar, no pensaba que iba poder con tanta carga.

Muchos años han pasado ya, Lourdes pronto será una adolescente y Jayden Boniek y José Boniek ya tienen más entendimiento, ¿Qué tanto disfruta ahora su papel de madre?

Le doy gracias a Dios por cómo se dieron las cosas, estoy muy agradecida por mis hijos, son unos niños muy educados y buenos, van por muy buen camino, Lourdes es muy tranquila y es una bendición por su comportamiento; aunque ella si sufrió mucho la ausencia de su papá, me reclamaba las mudanzas y cambios de escuelas, situaciones que ahora le tendremos que explicar a los gemelos, ellos aún no entienden, por qué siempre les toca quedarse con mami.