Olancho, Honduras.
El porteño vestirá su quinta camisa en el balompié hondureño, antes lo hizo en el Platense, Olimpia, Motagua y Real Sociedad. Además será su club número 20 tras su paso por el Atlético Zelaya (México), Deportivo Maldonado (Uruguay), Fiorentina, Reggina, Catanzaro, Sambenedettese, Teramo, Génova, Parma, Torino, Messina (Italia), Shandong Luneng (China), Municipal (Guatemala), Limeño (El Salvador) y Miami United (Estados Unidos).
El mediocampista hondureño Julio César 'Rambo' de León regresa al fútbol catracho; pero ahora estará jugando en Olancho FC de la segunda división.
El equipo va en serio en la búsqueda del ascenso, y prueba de ello es que ayer presentaron a Rambo y al colombiano Camilo Bustos, quien llega de Lepaera. Antes hizo lo mismo con Marlon Peña, Kevin Maradiaga y Walter Ramos. Los potros ahora son dirigidos por el exjugador Ramón Romero.
“Estoy agradecido por haber sido tomado en cuenta para este proyecto. La idea es seguir sacando jóvenes talentos en todo Honduras. Espero ser un buen ejemplo, agradecido con Dios porque me ha dado un físico privilegiado y por eso no tengo ningún problema”, dijo el volante. Rambo viene de jugar la campaña pasada con el Municipal Limeño de la primera división de El Salvador, luego fue anunciado por el Miami FC, pero no hubo acuerdo.
“El primer objetivo de nosotros es jugar bien, y si se juega bien se va a ganar, el fútbol hasta en China es lo más simple del mundo. Poco a poco se alcanzarán los objetivos, pero la idea es ascender”.
LA SELECCIÓN DE HONDURAS
Rambo fue consultado por la Selección Nacional de Honduras y su reciente papel en la Copa Oro 2017 donde fue eliminado en los cuartos de final sin haber anotado ni siquiera un gol en cuatro compromisos.
‘Se lo digo así claramente, el fracaso de la Selección sinceramente, porque es un fracaso desde que inició y él (Jorge Luis Pinto) es 30 o 40% culpable, pero de ahí el 60 o 70% (de la culpa) la tienen los jugadores”, señaló.
Criticó la forma en cómo algunos jugadores cuidan su vida personal. “En sí es culpa también de las bases futbolísticas porque el joven no tiene la humildad y el hambre para crecer, y eso se debe a que los directivos no tienen el conocimiento para saber regular. Acá hay jóvenes que con 18 años que debutan y con dos partidos ya se meten un arito o ya se meten un tatuaje, entonces el directivo permite que el joven se vuelva vanidoso, además que la prensa lo infla y se siente un jugador completo”, valoró.
