San Pedro Sula, Honduras.
Hoy 10 de diciembre se cumple un año de la muerte del destacado futbolista hondureño Arnold Fabián Peralta Sosa (26) asesinado una tarde del jueves en el estacionamiento del centro comercial Uniplaza, sector del Toronjal, en La Ceiba, al norte de Honduras.
Cuando Peralta se bajaba de su camioneta, una Porshe color negro, fue atacado con saña por dos sujetos desconocidos que se transportaban en motocicleta. Le acompañaba su esposa Vanessa Oliva y su amigo y futbolista Marcelo Canales, quienes no sufrieron heridas.
Peralta quien defendió la camiseta de la Bicolor y del Club Deportivo Olimpia, recibió 18 impactos de arma calibre nueve milímetros que le provocaron múltiples heridas en su cráneo, la cara, el tórax anterior y el tórax posterior” y le dejaron '18 orificios de entrada y salida.
Cuatro equipos de investigación tenían claro que ni el robo ni la extorsión fueron los motivos por los que mataron al jugador, ya que el cuerpo del futbolista tenía todas sus pertenencias en la escena del crimen.
Para los investigadores, la pista más fuerte en el caso fue la pasional, tras vincularlo con la joven Andrea Paiz Ochoa, originaria de Elixir, Sabá, Colón, misma que fue raptada y luego asesinada el mismo día que Arnold Peralta, pero su cuerpo fue encontrado un día después en la aldea San Francisco, en Olanchito, Yoro.
Las informaciones indicaron que a finales de noviembre, el jugador visitó una discoteca en La Ceiba, donde llegó en compañía de Andrea y en donde se originó una discusión con una persona vinculada a una banda criminal. Nadie sabe si entre ellos existió alguna relación sentimental, y si existió algo fue casual”.
El pasado 14 de enero, el Ministerio Público en conjunto con la Dirección Policial de Investigación (DPI), Policía Preventiva y el Ejército capturaron a seis personas que fueron vinculadas en la muerte del jugador pero días después, fueron dejados en libertad.
Unas 25 declaraciones llegaron a formar el amplio expediente policial que se recopiló para esclarecer el asesinato del futbolista, a esto se suma también un video del que no da muchas luces a la investigación.
Su muerte despertó entre los hondureños y el mundo, rabia, desconsuelo, temor, pero más que nada tristeza,
porque se nos fue una promesa para el fútbol hondureño. Se distinguió por ser un hombre aguerrido, recio, de marca, temple y fuerza cuando defendía los colores de sus equipos y más que nada de la Selección.
Peralta estaba casado con Vanessa Oliva y dejó una bebé de cuatro meses. Era originario de La Ceiba, incursionó en el fútbol a muy temprana edad jugando para el equipo Vida. De allí saltó a la Selección Nacional de Honduras y sus actuaciones le valieron para ser contratado por el Rangers de Escocia, equipo con el que fue campeón 2013-2014. El 2015 fue fichado por el club Olimpia, con el que también fue campeón.
El infortunado genio del balón, apodado el Pitbull, por su habilidad en el ataque en el campo de juego, se sumó a la lista de futbolistas hondureños asesinados víctimas de la violencia, como: Walter López, Carlos Ovidio Guevara, Borghi Arbizú, Lester Clay Marson y Milton Chocolate Flores.
Con la muerte de Peralta, quedó un enorme vacío en la cancha, una exigencia de justicia y un alto a la violencia fuera del terreno de juego. Mira el video.
Hoy 10 de diciembre se cumple un año de la muerte del destacado futbolista hondureño Arnold Fabián Peralta Sosa (26) asesinado una tarde del jueves en el estacionamiento del centro comercial Uniplaza, sector del Toronjal, en La Ceiba, al norte de Honduras.
Cuando Peralta se bajaba de su camioneta, una Porshe color negro, fue atacado con saña por dos sujetos desconocidos que se transportaban en motocicleta. Le acompañaba su esposa Vanessa Oliva y su amigo y futbolista Marcelo Canales, quienes no sufrieron heridas.
Peralta quien defendió la camiseta de la Bicolor y del Club Deportivo Olimpia, recibió 18 impactos de arma calibre nueve milímetros que le provocaron múltiples heridas en su cráneo, la cara, el tórax anterior y el tórax posterior” y le dejaron '18 orificios de entrada y salida.
Cuatro equipos de investigación tenían claro que ni el robo ni la extorsión fueron los motivos por los que mataron al jugador, ya que el cuerpo del futbolista tenía todas sus pertenencias en la escena del crimen.
Para los investigadores, la pista más fuerte en el caso fue la pasional, tras vincularlo con la joven Andrea Paiz Ochoa, originaria de Elixir, Sabá, Colón, misma que fue raptada y luego asesinada el mismo día que Arnold Peralta, pero su cuerpo fue encontrado un día después en la aldea San Francisco, en Olanchito, Yoro.
El pasado 14 de enero, el Ministerio Público en conjunto con la Dirección Policial de Investigación (DPI), Policía Preventiva y el Ejército capturaron a seis personas que fueron vinculadas en la muerte del jugador pero días después, fueron dejados en libertad.
Unas 25 declaraciones llegaron a formar el amplio expediente policial que se recopiló para esclarecer el asesinato del futbolista, a esto se suma también un video del que no da muchas luces a la investigación.
Su muerte despertó entre los hondureños y el mundo, rabia, desconsuelo, temor, pero más que nada tristeza,
porque se nos fue una promesa para el fútbol hondureño. Se distinguió por ser un hombre aguerrido, recio, de marca, temple y fuerza cuando defendía los colores de sus equipos y más que nada de la Selección.
Peralta estaba casado con Vanessa Oliva y dejó una bebé de cuatro meses. Era originario de La Ceiba, incursionó en el fútbol a muy temprana edad jugando para el equipo Vida. De allí saltó a la Selección Nacional de Honduras y sus actuaciones le valieron para ser contratado por el Rangers de Escocia, equipo con el que fue campeón 2013-2014. El 2015 fue fichado por el club Olimpia, con el que también fue campeón.
El infortunado genio del balón, apodado el Pitbull, por su habilidad en el ataque en el campo de juego, se sumó a la lista de futbolistas hondureños asesinados víctimas de la violencia, como: Walter López, Carlos Ovidio Guevara, Borghi Arbizú, Lester Clay Marson y Milton Chocolate Flores.
Con la muerte de Peralta, quedó un enorme vacío en la cancha, una exigencia de justicia y un alto a la violencia fuera del terreno de juego. Mira el video.
