Que Jennifer Lawrence haya recibido el Óscar a los 22 años tiene feliz al cineasta Guillermo Arriaga porque desde que él trabajó con ella en 2007, cuando la actriz tenía 17 años, descubrió que ya era un “monstruo” de la actuación.
“Jennifer es un monstruo, es una gran actriz, un animal de cine, entiende la pantalla, tiene un gran gusto por lo que hace, un gran sentido del humor, es muy chistosa, simpatiquísima. Lo dije y lo sostengo: es una megaestrella. Aparte, es tan lista que se sabe caer con elegancia, en el momento preciso y con el vestido adecuado. Hasta se vio como una coreografía (en referencia al resbalón de la actriz cuando iba a recoger su estatuilla en la pasada entrega)”, aseguró Arriaga en entrevista telefónica.
El mexicano y la estadounidense se conocieron hace aproximadamente un lustro, cuando ella acudió a la audición de Fuego, la ópera prima de escritor de los filmes Amores Perros y 21 gramos, quien quedó impresionado con su talento. Tanto, destacó Arriaga, que a pesar de que era una de las primeras actrices en la audición, decidió ya no buscar más y contratarla. “Todos me dijeron que era un error, incluso Charlize (Theron, la protagonista y productora ejecutiva del filme).
Creyeron que había cometido un error de novato. Hasta llegó el momento en que les dije que si no era con Jennifer, no hacía la película. Era evidente su talento”, afirmó. Cuando se enteró de que estaba nominada nuevamente a un Óscar (la primera vez fue en 2011 por Invierno profundo), Arriaga le envió un correo electrónico a Lawrence, externándole su alegría. Desde entonces, no han vuelto a tener contacto.
A pesar de ello, el escritor de historias como Un dulce olor a muerte y El búfalo de la noche (llevadas al cine por otros realizadores) está seguro de que algún proyecto los volverá a unir en un set y fuera de este, pues la amistad que nació entre ellos es sincera y profunda.
“Por ahora no hay proyecto, pero en algún momento trabajaremos juntos. La quiero y admiro mucho. Hubo un momento en que se iba a venir a vivir a mi casa dos meses, el verano que le cayó Los juegos del hambre”.
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