La actriz Jennifer Lawrence va dejando fragmentos de su personalidad, por amplios o mínimos que sean, en cada uno de los personajes que interpreta en el cine. Eso, lejos de incomodarle, lo disfruta.
Afirma que puede ser obsesiva, impulsiva, paciente, dependiente; todo depende de su estado de ánimo y de lo que busque expresar, afirmó la actriz ganadora del Globo de Oro y el óscar como mejor actriz.
“En cada personaje que voy haciendo hay algo de mí. Obviamente, si hago a una neurótica o a una loca, no significa que yo sea así, pero sí se da el caso de que hay un poco de mi personalidad que aflora. Quizás los matices de mi personalidad son los que terminan de moldear al personaje, mis expresiones.
Quizás no tengan nada que ver conmigo directamente, pero en esencia algo hay: todo sale de mis entrañas”, contó Lawrence (22). Con su labor como la testaruda Ree Dolly en Invierno Profundo se echó al bolsillo a los críticos y en 2011 se convirtió en una de las estrellas más jóvenes en ser nominada al Óscar en la categoría de mejor actriz.
Busca cosas diferentes
Este año, por Los juegos del destino, donde da vida a una chica histérica llamada Tiffany, de nuevo compitió por esa estatuilla dorada, y ganó. Y con su labor como la sofisticada mutante Mystique en X-Men: Primera Clase, y con lo que hizo como la heroica Katniss Everdeen en Los juegos del hambre, conquistó a la audiencia de su edad, que no la había tomado tanto en cuenta. “Siento que la diversidad de opciones me ha hecho ir en distintas direcciones: el drama, la comedia, la acción. No me he encasillado.
Con Los juegos del hambre obtuve una proyección mundial que jamás dimensioné hasta que me comenzaron a llamar para proyectos en Europa, que me solicitaban en un montón de lugares. Las generaciones de mi edad me conocieron y me aceptaron. “Mis maestros de actuación siempre me aconsejaron buscar papeles diferentes, cosas que fueran atractivas para mí y que no se parecieran en nada a otro trabajo previo.
Poco a poco lo he logrado. Siento que voy por el buen camino”, comenta la originaria de Kentucky, Estados Unidos. Lawrence afirma que ser testaruda y obsesiva le ayudó a afincarse en una carrera tan difícil como la actuación, pues a su corta edad ya ha hecho teatro, televisión y cine.
“Era una niña cuando le rogué a mi mamá que me llevara a Nueva York a estudiar actuación. Estaba loca y me ayudó en mi locura. “Hay tanta gente que busca oportunidades por años y nunca llegan. A mí me llegó muy rápido y no creo que haya mayor fortuna profesional que eso”, dice la actriz quien ganó el premio BAFTA a Mejor Actriz.
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