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'WALL·E”, diez años del gran poema ecologista de Pixar

  • 19 junio 2018 /

El actor, director, escritor y productor Ben Burtt fue el encargado de dar voz a WALL·E. Mientras que la intérprete Elissa Knight prestó su voz a Eve, el gran amor de WALL·E.

    Los Ángeles, Estados Unidos.

    Cada fan tiene su película preferida de Pixar. Puede ser la explosión emocional de Inside Out, la nostalgia infantil de Toy Story o las odiseas culinarias de Ratatouille, pero en este listado de honor merece un hueco WALL·E, un gran poema ecologista y vital que ahora cumple 10 años.

    Obra maestra de la animación, WALL·E celebró su premier mundial el 21 de junio de 2008 en el Greek Theater de Los Ángeles, un estreno que marcó el inicio de una exitosa andadura en los cines de todo el mundo en la que recaudaría 533 millones de dólares.

    Ganadora del Óscar y el Globo de Oro a la mejor película animada, WALL·E, dirigida por Andrew Stanton, hechizó al público especialmente por sus cuarenta minutos iniciales, un prodigio de expresividad fílmica prácticamente sin diálogos que rendía tributo a la época dorada del cine mudo.

    El comienzo de la película no era, precisamente, un cuento de hadas, ya que presentaba un futuro con una Tierra abandonada, sepultada bajo toneladas de basura y con tormentas de polvo y altísimos niveles de contaminación que hacían imposible la vida.

    WALL·E se enamora de una robot llamada Eve.
    El último guardián de ese planeta inerte y nada azul es WALL·E, un pequeño robot que nadie apagó al dejar la Tierra y que se ocupa de almacenar y comprimir los residuos.

    Sin embargo, su curiosidad e inquietud le llevan a la fascinación por cualquier cosa que encuentra: una cinta de VHS, una tostadora, un sujetador o un mechero.

    WALL·E siempre está acompañado por una cucaracha, que es su única amiga. Pero este robot también es un enamoradizo sin remedio, luego de tanto ver escenas del musical Hello, Dolly! (1964) halla al amor de su vida cuando aparece Eve, una moderna y avanzada máquina enviada para encontrar restos de vida en la Tierra y cuyo nombre es una referencia bíblica a la primera mujer, Eva.

    Los cortocircuitos de WALL·E no son inmunes al romance y este seguirá a Eve por toda la galaxia hasta una nave espacial donde viven unos humanos que casi han olvidado su condición. Además de su mensaje ecologista, WALL·E también ofrecía una crítica al modo de vida consumista y sedentario del primer mundo.