A veces una cantidad muy pequeña de la sustancia alergénica (la que produce la alergia) es suficiente para que el cuerpo reaccione de modo desbordado. Las personas afectadas comienzan a estornudar o tienen dificultades para respirar. A veces incluso pueden sufrir fiebre y sentirse realmente enfermos. Esto ocurre muchas veces en alergias contra el polen de las plantas, pelos de gatos, perros u otros animales o los ácaros del polvo.
Estos ácaros son animales microscópicos que andan por el polvo que se acumula en alfombras y otros lugares de las casas, incluso en peluches. Por eso es importante lavarlos a menudo si se es alérgico. Si una persona es alérgica, a veces la causa depende de sus genes. Es decir, en general se heredan las alergias de alguno de los padres. Pero se pueden tratar con medicamentos.