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La aeronave más grande y ecológica

  • 23 marzo 2016 /

El Airlander 10 es un híbrido entre avión, helicóptero y dirigible

Se denomina Airlander 10, está lleno de helio, un gas no inflamable, es más largo que los aviones gigantes de la aviación comercial como el Airbus A380 o el Boeing 747-8, puede aterrizar casi en cualquier parte, incluso sobre el agua, y volará por primera vez durante unas horas dentro de pocas semanas.
¿Volverán los dirigibles a surcar los cielos del mundo en vuelos de larga duración con pasajeros, como sucedió en las primeras décadas del siglo XX?.
Es pronto para saberlo, porque el Airlander 10 desarrollado en Bedford (Reino Unido) por Hybrid Air Vehicles, HAV, es solo un prototipo en pruebas destinado exclusivamente al transporte de cargas, pero observarlo en el aire será, sin dudas, espectacular.
En el Airlander 10 se están montando sus motores, así como sus aletas gigantes, de 9 por 11 metros, con la ayuda de una grúa utilizada en ingeniería ferroviaria, que son sujetadas al casco por medio de cables y abrazaderas que las mantienen en posición bajo las condiciones más duras, informan desde HAV (www.hybridairvehicles.com).
Según HAV esta aeronave, que es la más grande del mundo, vuela de una manera única combinando la tecnología de vuelo ‘más ligera que el aire’ con lo mejor de los aviones y helicópteros, produciendo menos ruido y contaminación, así como una menor liberación de dióxido de carbono.

Foto: La Prensa

Tres semanas suspendido en el aire

Este híbrido que puede permanecer suspendido en el aire hasta tres semanas, tiene una capacidad de carga mayor que la de prácticamente cualquier otro vehículo volador, y la capacidad de aterrizar y despegar desde cualquier superficie, incluidos el hielo, el desierto y el agua, según HAV.
El Airlander consigue el 60 por ciento de su ascenso de forma aerostática (por ser más ligero que el aire) y el 40 por ciento aerodinámicamente (por tener forma de ala), y tiene la capacidad de girar sus motores para proporcionar un 25 por ciento adicional de empuje hacia arriba o hacia abajo, según explican sus creadores.
La compañía británica prevé fabricar más de 10 aeronaves de este tipo al año para 2021, y su principal mercado se centrará en la telecomunicaciones, las investigaciones geográficas, las tareas de televisión y el transporte de carga a las áreas con infraestructura aeroportuaria limitada o inexistente, como en el Ártico o en el desierto.
“Los Airlanders también podrán ser vehículos para pasajeros y ofrecen muchas posibilidades para los vuelos destinados a vivir experiencias, el turismo de lujo y los cruceros ‘comedor’ sobre las principales ciudades”, informa a Efe Philippa Murrey, responsable de marketing y comunicaciones de HAV.
Según Murrey, “debido a sus menores limitaciones aerodinámicas y su capacidad de llevar muchos motores, baterías grandes, unidades de potencia (dispositivos que generan energía) e incluso una gran variedad de paneles solares, creemos que vamos a ser el primer avión de gran tamaño de uso comercial que prácticamente no liberará dióxido de carbono durante sus vuelos”.

Foto: La Prensa

Aplicaciones del gigante volador

El Airlander mide 92 metros (m.) de largo, 43,5 m. de ancho y 26 m. de alto, puede alcanzar una altitud de 6.100 m y una velocidad de crucero de 149 kilómetros por hora; pesa 20 toneladas, puede transportar más de 10.000 kilos de carga, lo impulsan cuatro motores, tiene un puesto de pilotaje con gran visibilidad y su casco está construido con telas laminadas, según su ficha técnica.
“A esta aeronave le vemos muchas aplicaciones gubernamentales y militares, por ejemplo para tareas de vigilancia, guardacostas, búsqueda y rescate, y patrulla marítima, entre otras, así como algunos usos civiles equivalentes, como el seguimiento de las selvas tropicales o las capas de hielo y la investigación del cambio climático”, señala a Efe Chris Daniels, director de alianzas y comunicaciones de HAV.
“Además, puede tener un gran uso para llevar cargas a regiones remotas, como apoyo a las industrias del petróleo y el gas o la minería, y como ayuda a las infraestructuras, como oleoductos, puentes o torres de energía en áreas que están fuera del alcance de otros medios de transporte”, señala Daniels, desde el Hangar 1 de Cardington (Bedfordshire), sede de HAV y lugar desde donde despegará el Airlander 10 en su vuelo de prueba.
“Esta aeronave también tiene aplicaciones prometedoras en el mercado del turismo, tales como los safaris desde el aire, o visita aéreas, por ejemplo a parajes como el Gran Cañón”, añade Daniels.
De hecho, adelanta a Efe que disponen de un modelo de Airlander para 48 pasajeros ya diseñado y listo para ser construido, y que esperan poder iniciar los vuelos comerciales para personas en 2018, una vez que efectúen las pruebas del modelo actual y se obtengan las autorizaciones necesarias.