Aparte de las mejoras de diseño y de conectividad introducidas y que luego se analizarán, el apunte más destacado de esta renovada Serie 1 es la incorporación de los nuevos motores de tres cilindros de 1.5 litros, en gasolina y el diesel TwinPower Turbo, éste último nuestro protagonista.
La s características principales de este nuevo propulsor son la tan perseguida eficiencia y su consecuente menor cantidad de emisiones contaminantes.
BMW dice haberlo conseguido con una serie de novedades que ha aplicado a la inyección directa y a la tecnología de turbocompresión con geometría de turbina variable en la familia de motores, con la suma de la estrategia BMW EfficientDynamics.
BMW EfficientDynamics es un programa para reducir el consumo de combustible, lo que lleva aparejado una disminución de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) de efectos invernadero y las contaminantes (CO, NOx y partículas o hidrocarburos no quemados) y mejorar al mismo tiempo el dinamismo y el placer de conducir.
Para ello, entre otras medidas, el vehículo lleva el sistema de parada y arranque automático del motor Star/Stop y la regeneración de energía de frenado (Brake Energy Regeneration), que carga la batería sólo cuando el vehículo frena, se mueve por inercia o desacelera.
Según el fabricante, esta tecnología mejora la economía de combustible hasta en un 3 % y garantiza que el motor disponga de toda su potencia para acelerar.
En la mayoría de los vehículos la energía necesaria para los sistemas electrónicos de comodidad, seguridad y entretenimiento a bordo se produce en el alternador, que convierte la potencia del motor en electricidad.
En el caso de BMW, el sistema Brake Energy Regeneration funciona de forma distinta. El alternador solo se activa cuando se deja de pisar el acelerador o se acciona el freno.
De este modo se hace un uso eficiente de la energía cinética que de otro modo se habría perdido. Además tiene otra ventaja: al pisar el acelerador, el alternador se desactiva, de modo que toda la potencia del motor va a parar a las ruedas motrices, lo que realza el dinamismo en la conducción.
¿Qué es, por tanto, con lo que se encuentra el conductor de esta versión de acceso en diésel al Serie 1. Con un propulsor que el mismo empleado por Mini que, en BMW, es voluntarioso y ofrece dosis de dinamismo cuando se juega con la palanca de cambios, ya que el peso es mayor.
La aceleración no es el punto en el que más destaca, pues este tracción trasera alcanza los 100 kilómetros hora en 10,38 segundos, lo que compensa con una velocidad punta de 200 km/h.
A pesar de que el dato de aceleración no es de los mejores en comparación con sus competidores, hay que precisar que eso no significa que el coche sea lento, puesto que sale bien desde parado.
El par motor es de 270 Nm y empieza a notarse desde la zona de las 1.700 vueltas con lo que la típica patada de fuerza se siente con claridad en ese rango de giro del motor.
Una vez que el coche toma velocidad mantiene perfectamente los cruceros a ritmos legales sin que rechiste el motor de tres cilindros.
Este propulsor apenas se nota en el interior del coche, lo que es de agradecer a la hora de parar y arrancar en los atascos, momentos en los que el start/stop hace a la perfección su trabajo para ahorrar combustible.
La marca le ha homologado un consumo mixto de 3,7 litros, de los que uno se aleja cuando no se lleva el coche en el modo de conducción Eco Pro.
La caja de velocidades de serie es manual de seis marchas. El engranaje es preciso y los recorridos son cortos. Por 2.173 euros se puede equipar con el cambio automático de ocho velocidades de procedencia ZF, siempre y cuando la versión elegida no sea la EfficientDynamics Edition).
El comportamiento es muy estable en recta, lo que también es aplicable al paso por curva, donde no hay que temer a la tracción trasera porque cuenta con control de estabilidad (DSC) de serie para evitar sobrevirajes.
El afinado del chasis y la precisión de la dirección hacen que el comportamiento del coche en curva sea muy neutro y su posición en el asfalto muy aplomada.
Con su enfoque, el de ser un coche rutero con bajos consumos, el equipo de frenos de discos (ventilados delante y solidos detrás) de serie es más que suficiente.
Respecto al diseño exterior destacan los nuevos grupos ópticos delanteros y traseros, que potencian claramente la imagen dinámica que se ha querido imprimir al coche. Le hacen más ancho y le dan una mirada más deportiva en consonancia con sus hermanos de mayor cubicaje y potencia. Lateralmente los cambios son casi inapreciables respecto al modelo 2012.
En el interior, como es norma en la casa, la calidad de los materiales es claramente perceptible. Todo está donde debe estar y con los ajustes bien hechos. Desde el puesto del conductor los diferentes interruptores y la pantalla TFT quedan a mano, sin que haya que apartar la vista de la carretera.
El espacio es amplio en la parte delantera y detrás van más cómodos cuatro personas que cinco, lo que es extensible a la mayoría de sus competidores.
BMW ha querido hacer al Serie 1 más selecto y ello se percibe en el equipamiento de serie, en el que están incluidos los faros LED, la radio BMW Professional con pantalla de 6,5 pulgadas y controlador iDrive, el volante multifuncional, los faros antiniebla delanteros, los sensores de lluvia y luces automático, el dispositivo manos libres bluetooh con audio streaming, la llamada de emergencia o el control de presión de los neumáticos.
El precio que hay que pagar para acceder a este vehículo es de 27.350 euros, una tarifa similar a la de sus competidores del mercado de gama alta (premium), pero que está por encima de la de los generalistas. Ya se sabe, hay que pagar este nivel de calidades en todos los campos y la exclusividad.
En cuanto al enfoque comercial, esta variante está dirigida a un comprador que busca más la eficiencia que la deportividad. Quiere un coche seguro y confortable y con espacio para la familia, razón por la que opta por las cinco puertas. El 3 puertas es unos mil euros más barato y también es menor su funcionalidad.
