Esos pasos ganados parecen perderse cuando las mujeres cierran una jornada laboral para empezar otra acompañando a sus hijos en tareas escolares, obligadas a llevarlos a clases de fútbol y guitarra o a correr al súper para comprar su postre favorito. ¿Y el tiempo personal para la mujer? ¿ya solo cumple el rol de madre?
Para Meruane, hay una enorme presión por estimular a los hijos, complacerlos para que no 'sufran' y comprarles todo lo que piden para que no se 'acomplejen'.
'Eso que ahora se llama 'tiempo de calidad con los hijos' ha recortado la calidad de la vida de las madres, e incluso de los padres cuando los hay y están comprometidos', asegura la escritora chilena.
Cambiar la forma en que se ejerce la maternidad o renunciar a tener hijos son dos de los caminos que explora Meruane en su libro.
'Se han vuelto a imponer unos mandatos que creíamos en desuso en los discursos sociales de los gobiernos, iglesias, sistemas médicos, escuelas, etcétera, etcétera, para detener la liberación en curso de las mujeres.
'Ahora, las mujeres pueden elegir ser más libres teniendo menos hijos o ninguno o poniendo por delante estudios y talentos, o pueden encontrar a compañeros o compañeras dispuestos a compartirlo todo. Se expande ese horizonte, y, entonces, ahora, aparece ese contragolpe en el que el hijo se vuelve una pieza instrumental', afirma.
¿Y el llamado biológico?
Lina, que desde niña se interesó más por los mecanismos de funcionamiento de sus muñecas que por arrullarlas o cambiarles el pañal, cuenta que nunca se vio como madre.
'Anuncié que no sería madre muy temprano y hecha esa declaración me dediqué a seguir haciendo las cosas que me apasionaban'.
Para ella, el 'reloj biológico' que obliga a ser madre antes de cierta edad es, en realidad, un ardid cultural hilado en los discursos que oímos desde la infancia para alertarnos que si no tomamos la decisión ahora, ya no podremos hacerlo.
'Eso de no poder elegir un hijo después, la idea de quedarse sin algo que todas las demás tienen, tiene un efecto psicológico enorme en una cultura: la nuestra, cada más hecha a la idea de poder elegir siempre, de poder ejercer ese derecho de tenerlo todo.
'La falta de hijo siempre se ha elaborado en el lenguaje como defecto, carencia, mutilación y culpa. por eso aterra'. En su libro 'Contra los Hijos' insiste en que tener descendencia tendría que ser una decisión espontánea y ser madre una experiencia más entre muchas otras de la vida.
'Lo que miro con cuidado en este ensayo es cómo los hijos pasaron de ser parte del sustento económico de la familia a ser exigentes clientes de sus padres. Esta inversión de roles, tan a tono con nuestros tiempos, es contra la que me manifiesto en esta diatriba'.
Una hojeada a sus ideas
En Contra los Hijos, de Tumbona Ediciones, la escritora chilena Lina Meruane reivindica el derecho de la mujer a no tener descendencia con un agudo análisis de la tiranía que pueden constituir los hijos.
Además, su obra incluye la colección de relatos Las Infantas (1998), y las novelas Fruta Podrida (2007) y Sangre en el Ojo (2012). Entre sus textos de no ficción se cuentan la crónica Volverse Palestina y el ensayo académico Viajes Virales.
Ha recibido los premios literarios Sor Juana Inés de la Cruz (México 2012) y Anna Seghers (Berlín 2011), así como becas de escritura de la National Endowment for the Arts (2010), de la Fundación Guggenheim (2004) y del Consejo de la Cultura y de las Artes de Chile (1997). Actualmente enseña cultura latinoamericana en la Universidad de Nueva York.