La fascinación por estos elementos existe desde la época prehispánica, en la que se realizaban espectaculares penachos y pectorales que significaban poder y estatus.
“Posteriormente, en Europa se empezaron a usar para adornar trajes, coronas y sombreros de la nobleza”, dice el diseñador Guillermo León.
Para el siglo 20, actrices de Hollywood como Greta Garbo, Marlene Dietrich y Rita Hayworth las comenzaron a llevar en sus atuendos, pero fue la brasileña Carmen Miranda quien las convirtió en un ‘must’.
Entre los diseñadores que las usaron estaba la italiana Elsa Schiaparelli, quien adoraba el mundo salvaje y confeccionó piezas llenas de glamour y arte. Otro gran exponente fue Alexander McQueen, con siluetas góticas que hacían pensar en cuervos.
| Las plumas en trajes de gala.
|
Miuccia Prada también las ha empleado en sus opciones trasgresoras, y hoy, mujeres-pájaro caminan en los desfiles de marcas como Carolina Herrera, Oscar de la Renta, Miu Miu y JW Anderson.
En tanto, Givenchy sorprende con elegantes vestidos de encaje adornados con estos detalles, Sonia Rykiel ofrece espectaculares capas que las incluyen y el hasta ahora austero Armani las incluye en tonos brillantes para sus abrigos.
Por supuesto, no puede faltar la casa Chanel y su famoso taller Lemarié. Este sitio fue fundado en 1946 y ahí se confeccionan hermosas creaciones con plumas, además de que es proveedor de firmas como D&G. Y es que esta dupla italiana también las ocupa para sus trajes de Alta Costura, que recuerdan a la moda del siglo 19, con su exquisita estética y minuciosos acabados.
“Las plumas son ideales para dar movimiento y sutileza a los vestidos. Son una verdadera arma de seducción, proyectan gran delicadeza y dotan a cualquier prenda de un sentido especial”, comenta Ángel Sánchez, diseñador mexicano.
Las hondureñas más reservadas pueden incorporar esta moda usando collares, aritos, zapatos o carteras.
 Alexander McQueen y Ángel Sánchez, han incorporado las plumas en tops de vestidos, jumpsuits y crop tops.
|
