Cada año hay muchas personas que se muestran como mínimo escépticas y, a menudo, directamente contrariadas por el ambiente festivo que comienza a despertarse a comienzos de noviembre y que llega a su eclosión en los últimos días de diciembre y durante la primera semana del nuevo año que está despuntando.
Pero, según los psicólogos, existen muchos motivos, además de la paga extra que recibimos y las invitaciones a cenar que nos llegan, para “pasárselo bien” durante estas semanas alocadas y volátiles. Si lo piensas atentamente encontrarás muchas buenas razones para sentirte feliz porque...
* Te reencuentras con tu familia. Es uno de los pocos momentos del año en que coinciden todos los parientes, incluso los que viven más lejos. Es una oportunidad única para dedicar las sobremesas a las tertulias familiares, ya que suelen resultar saludables emocionalmente.
* Le alegras la vida a los más pequeños. Los niños ¡y no los Reyes Magos o Papá Noél! son los auténticos soberanos de estas fiestas. Los rituales familiares y los agradables momentos compartidos perduran más en la mente y el corazón de los pequeños que una descomunal lista de regalos que pronto pasan a segundo plano.
* Las fiestas son una buena ocasión para hacer las paces con aquellas personas de las que te has distanciado o con las que no te hablas desde hace tiempo sin razones de peso. Superar el resentimiento te beneficiará emocionalmente.
Pero, según los psicólogos, existen muchos motivos, además de la paga extra que recibimos y las invitaciones a cenar que nos llegan, para “pasárselo bien” durante estas semanas alocadas y volátiles. Si lo piensas atentamente encontrarás muchas buenas razones para sentirte feliz porque...
* Te reencuentras con tu familia. Es uno de los pocos momentos del año en que coinciden todos los parientes, incluso los que viven más lejos. Es una oportunidad única para dedicar las sobremesas a las tertulias familiares, ya que suelen resultar saludables emocionalmente.
* Le alegras la vida a los más pequeños. Los niños ¡y no los Reyes Magos o Papá Noél! son los auténticos soberanos de estas fiestas. Los rituales familiares y los agradables momentos compartidos perduran más en la mente y el corazón de los pequeños que una descomunal lista de regalos que pronto pasan a segundo plano.
* Las fiestas son una buena ocasión para hacer las paces con aquellas personas de las que te has distanciado o con las que no te hablas desde hace tiempo sin razones de peso. Superar el resentimiento te beneficiará emocionalmente.
