Más allá de lo mucho que te guste la taza donde te sirves tu café diariamente, su material afectará tu experiencia sensorial, por lo que es preciso que elijas el adecuado para que disfrutes tu bebida a cada trago.
“Las de cerámica están pensadas para conservar por mucho más tiempo la temperatura de la bebida, el metal no la conserva tanto, además puede ser contraproducente porque muchos metales hacen reacción con el café, y el vidrio conserva el calor muy poquito, pero ayuda mucho más a la parte visual”, explica Carlos de la Torre, barista y socio de Café Avellaneda en México.
Otros aspectos a tomar en cuenta son la percepción visual y táctil. Muchas personas rechazan las de vidrio para servir bebidas elaboradas con leche porque el recipiente transparente se “mancha”. Otras veces, una de cerámica con acabados agradables al tacto te hará sentir mucho más contento.
“Hay veces que quieres que la taza no te distraiga para nada, que no se sienta básicamente. Nosotros, en cambio, con la cerámica sí queremos que se sienta y que te dé un mensaje de calidez. Con el vidrio no se siente mucho, yo describiría la sensación con este material como una caricia con guantes”, indica el experto.
“La de metal puede tener un aspecto más sofisticado, sus ventajas son que es es un material resistente y muy higiénico, es muy raro que guarde algún aroma ajeno al café, salvo que haga alguna reacción. Beber café en metal es una sensación muy nítida”.
Las formas específicas de las tazas motivan también la percepción de sensaciones específicas.
Una pequeña de cerámica, que no ocupa la nariz cuando bebes, ayuda a percibir mejor la acidez del espresso; en cambio, las abiertas te llevan a percibir más los aromas.
“La elección del material dependerá de cómo quieres que evolucione la bebida. Con los cafés artesanales lo que queremos es que el cliente experimente una evolución en el sabor”, explica De la Torre.
“Si lo servimos en porcelana bien calientita, no va a cambiar de temperatura tan rápido, entonces, antes de que el café llegue a evolucionar, el cliente ya se lo acabó, por eso lo servimos en un tazón pequeñito, donde se pueda ir dosificando y el cliente pueda ir sintiendo su evolución cada vez que se lo sirva”, explica.
“Las de cerámica están pensadas para conservar por mucho más tiempo la temperatura de la bebida, el metal no la conserva tanto, además puede ser contraproducente porque muchos metales hacen reacción con el café, y el vidrio conserva el calor muy poquito, pero ayuda mucho más a la parte visual”, explica Carlos de la Torre, barista y socio de Café Avellaneda en México.
Otros aspectos a tomar en cuenta son la percepción visual y táctil. Muchas personas rechazan las de vidrio para servir bebidas elaboradas con leche porque el recipiente transparente se “mancha”. Otras veces, una de cerámica con acabados agradables al tacto te hará sentir mucho más contento.
“Hay veces que quieres que la taza no te distraiga para nada, que no se sienta básicamente. Nosotros, en cambio, con la cerámica sí queremos que se sienta y que te dé un mensaje de calidez. Con el vidrio no se siente mucho, yo describiría la sensación con este material como una caricia con guantes”, indica el experto.
“La de metal puede tener un aspecto más sofisticado, sus ventajas son que es es un material resistente y muy higiénico, es muy raro que guarde algún aroma ajeno al café, salvo que haga alguna reacción. Beber café en metal es una sensación muy nítida”.
Las formas específicas de las tazas motivan también la percepción de sensaciones específicas.
Una pequeña de cerámica, que no ocupa la nariz cuando bebes, ayuda a percibir mejor la acidez del espresso; en cambio, las abiertas te llevan a percibir más los aromas.
“La elección del material dependerá de cómo quieres que evolucione la bebida. Con los cafés artesanales lo que queremos es que el cliente experimente una evolución en el sabor”, explica De la Torre.
“Si lo servimos en porcelana bien calientita, no va a cambiar de temperatura tan rápido, entonces, antes de que el café llegue a evolucionar, el cliente ya se lo acabó, por eso lo servimos en un tazón pequeñito, donde se pueda ir dosificando y el cliente pueda ir sintiendo su evolución cada vez que se lo sirva”, explica.
Las bebidas frías se deben servir en vidrio para resaltar y experimentar la sensación fría en la mano. Para degustar las bebidas frías como las calientes se deben beber en un tiempo aproximado de 20 minutos.
| Espresso. Se debe servir en una pequeña taza de cerámica para que conserve su temperatura. La regla dicta que beba en dos tragos.
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 Capuchino y latte. La cerámica beneficia la textura que la leche aporta a esta bebida, pero, tradicionalmente, se sirve en vidrio.
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 Americano. Una de las cosas a disfrutar en este tipo es el aroma Independientemente del material, se debe servir en una taza amplia, evitando el metal.
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