¿Adictos a la tecnología?, ¡desconéctalos!


No permitas que tus hijos naveguen en Internet sin control. Sigue los consejos de expertos para establecer los límites necesarios

  • 05 may 2017

Los controles parentales y la vigilancia de lo que los hijos ven y con quienes interactúan en las redes sociales y los videojuegos son medidas de seguridad que todo padre debe tomar, pero éstas serán insuficientes si no existe un elemento fundamental: el diálogo en familia.

Tras el ataque en un colegio americano del noreste de México, un rumor de que Federico, el joven agresor que después se quitó la vida, pertenecía a un grupo secreto de Facebook donde se promueve la violencia en redes sociales.
A través de Twitter, decenas de cuentas lo atribuyeron a Legión Holk, un grupo cibernético y anónimo, que aseguran que promueve de la violencia. Este grupo de “trolls” causó psicosis entre la comunidad.

El que los adolescentes naveguen por las redes sociales y los videojuegos sin la guía de sus padres crea individuos más susceptibles a la influencia de los medios, agrega la investigadora y especialista en medios de comunicación Citlalli Sánchez Hernández.

En caso de que los seres queridos no presten atención a los niños, éstos recurrirán a otras comunidades que pueden desorientar su desarrollo, señala el especialista en educación Jesús Amaya Guerra.

“En caso de que los papás no estén para orientar a los hijos, se puede crear una perspectiva distorsionada de la realidad en la que (los chicos) se sienten comprendidos, escuchados y se apoya la creencia de que todo el mundo está contra ellos”.

La influencia de las redes sociales es indudable. Si bien sitios como Facebook exigen la edad mínima de 13 años para abrir una cuenta, existen perfiles de niños de 6 años. Jesús Amaya Guerra, especialista en educación, explica que es necesaria la supervisión de los padres aunque los niños o jóvenes la consideren una invasión de su privacidad.

Habla con tus hijos. Las reglas del hogar y los límites no serán igual de efectivos si no existe la confianza y el diálogo en el que los padres conocen a los hijos y comprenden por qué eligen los programas que ven.
Es importante que los progenitores saquen a los niños y los adolescentes del cuarto, dejen los celulares de lado y pregunten qué contenidos ven, por qué los prefieren, si comprenden lo que están viendo y por qué pasan tanto tiempo en dicho videojuego o red social.
De esta forma se educa a jóvenes en los medios. Esto quiere decir que son críticos sobre lo que ven, son capaces de seleccionar contenidos y desechan aquellos mensajes que consideran nocivos. De esta forma se razona el uso de la tecnología.

Los límites los ponen los papás y regular el tiempo que sus hijos le dedican a los videojuegos durante el día.


La violencia no es un juego. Robar autos en una ciudad virtual, matar soldados en un campo de guerra o atropellar personas en una calle son los temas de algunos de los videojuegos más populares, asegura Jesús Amaya Guerra.

El especialista agrega que, en promedio, los chicos pasan entre cuatro y cinco horas diarias con el control en la mano. Amaya Guerra expresa que puede llegar el momento en que niños y adolescentes pierdan la noción de que esas acciones lastiman a los otros en la vida real. Se educan jóvenes que sólo velan por sus intereses en vez de velar por los demás.

Si bien la relación directa entre el aumento de la violencia y el uso de los videojuegos no está comprobada, se sabe que estas formas de entretenimiento desensibilizan, bajan la comprensión del dolor ajeno, aumentan la impulsividad, aíslan e impiden manejar frustraciones de manera sana, comenta Citlalli Sánchez Hernández, especialista en estudios de audiencias.