¿Tus emociones te tienen en la bancarrota?

Si te has convertido en una compradora compulsiva, ¡tu mal tiene remedio!

  • 15 may 2017

Cuando reaccionó tenía 36 años, más de 80 pares de zapatos, sus tarjetas de crédito al tope y ningún patrimonio. Isela Muñoz era una compradora compulsiva que lucía al último grito de la moda, pero estaba quebrada.

La angustia por tener una deuda de casi medio millón de pesos la llevó a atenderse psicológicamente, y en terapia descubrió que cada vez que experimentaba una emoción negativa corría a las tiendas por un par de zapatos. Una década después, la mujer tiene finanzas sanas, un patrimonio y creó el blog El Peso Nuestro de Cada Día en su natal México, en donde aconseja cómo acabar con las deudas y dejar de comprar compulsivamente.

Su primer sugerencia es acudir a terapia, pero si las deudas te ahorcan y por ahora no puedes invertir en ello, aconseja empezar por escribir un diario de compras.

Es decir, cada vez que realices una compra escribe lo qué sucedió ese día para identificar cuál es la emoción que dispara este comportamiento. Lo que sigue es fijarse metas de mediano y largo plazo, como finiquitar la deuda. Posteriormente se propuso tener un patrimonio y ahora ahorra para su retiro porque no quiere ser una “viejita pobre”, cuenta.

Plantearse metas y prioridades claras por las que valga la pena controlarse, es fundamental para no caer en la tentación de hacer compras compulsivas, plantea Sofía Macías, autora del libro Pequeño Cerdo Capitalista.

Al plantearse los propósitos es necesario plantearse con cuánto se cuenta, y cuánto y cada cuándo es necesario ahorrar para conseguirlo. Tienen que fijarse plazos.

Muchas veces, los compradores compulsivos se confunden entre lo que es un ahorro y un gasto con descuento.