Los efectos de tener un quejumbroso cerca

Este tipo de personas provocan mucho daño a la salud mental de todo aquel que se encuentra a su alrededor

  • 13 mar 2017

Si te sientes ‘mareada’ de escuchar las quejas de un familiar o compañero de trabajo te informamos que es normal. Es un efecto secundario de lidiar con una persona que reniega por todo; es hora de salvar tus neuronas.

Cuando no puedes alejarte del quejuso, una técnica ideal es la que usa el golfista Steve Ballesteros: imaginarse que una cúpula lo cubría y lo protegía de cualquier adversidad. Toma en cuenta las siguientes sugerencias para poder convivir con este tipo de persona:

Toma distancia. Tu cuerpo y tu cerebro te agradecerán el no escuchar a los quejumbrosos, pues es mejor ser dueño de tus propias quejas que tomar las ajenas.

Pide a quien se queja que solucione el problema. De una manera pacífica y tranquila puedes darle el consejo al quejumbro de que trate de buscar una estrategia para resolver su problema y hacerle notar que debe hacerse responsable de buscarle una buena solución.

El escondite ideal. Una técnica más podría ser imaginar que estás en un lugar maravilloso en el que nadie más está y aprovechar cualquier momento de tranquilidad. Así que ya lo sabes, con estos consejos y tu habilidad de ‘oídos sordos’ estarás cuidando de tu cerebro y, con ello, de tu salud mental.

El quejumbroso espera que su queja sea también tuya. Habrá alguno que tome tu consejo y otros buscarán la solución, que no te corresponde.