Papás cuenta cuentos

Expertos aseguran que leer historias a los hijos desde el vientre materno tiene múltiples beneficios para el desarrollo cognitivo de los niños

  • 23 may 2016

Había una vez unos padres que noche con noche, antes de que su hijo se durmiera, le narraban historias. Mientras crecía, las capacidades cognitivas y afectivas de éste superaban a las de aquellos que no corrían con la misma suerte de tener en casa un par de cuenta cuentos.

Todas las personas tienen la capacidad de convertirse en narradores, así que todo papá lo puede hacer y para ello no necesita una vestimenta especial; su voz y su mirada son suficientes, asegura Armando Trejo, narrador profesional y director de Foro Internacional de Narración Oral.

“Los papás se preocupan porque creen que cuando van a contar un cuento tienen que hacer teatro. La mirada es importantísima para captar la atención de un niño. Deben saber mirar al pequeño, ser expresivos y con su voz y palabras captar su atención; no tienen que ponerse una sábana encima, eso puede ser divertido pero no eficaz pues debilita el momento de imaginación, y se vuelve un distractor”, explica.

Beneficios. Lo ideal es que todos los padres fueran cuenta cuentos, por los múltiples beneficios que la lectura proporciona a los hijos, pero en la realidad muy pocos lo hacen, indica Antonio Rizzoli, jefe de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo de Hospital Infantil de México.

“Los papás deberían dedicarle aunque sea 10 minutos al día; es ideal para el desarrollo emocional de los niños y para que se sientan parte importante de las vidas de los progenitores”, señala Rizzoli.

Embarazo. El experto aconseja leerles desde que están en el vientre de la madre. Cuando en el último trimestre del embarazo la mamá lee en voz alta a su hijo, las vibraciones de la garganta se transmiten directamente hacia el líquido amniótico y entonces el bebé escucha.

Con ello se potencia su desarrollo cognitivo. Por ejemplo, al crecer su lenguaje es mejor y su vocabulario es más amplio, en comparación con el de otros niños. “Esto es fundamental, pues a los dos años, uno de cada cuatro niños tiene retraso de lenguaje”, advierte.

De acuerdo con el especialista, con esta práctica se favorece que los hijos escuchen y pongan atención, además de que se propician las habilidades de comunicación, se les facilita la lectura y se fomenta el hábito de leer. “Los adultos son modelos y si el niño ve que el papá está leyendo, entonces el niño va a tener un interés por leer”, dice.

El experto menciona que esta práctica es tan valiosa que a los padres puede servirles para identificar los sentimientos de sus hijos. “Cuando un niño tiene un cuento favorito, y pide que se lo lean más de tres veces, lo que deberían de preguntarse los papás es: ‘¿Por qué a mi hijo le está llamando la atención ese cuento y qué necesidad es la que está tratando de satisfacer?”, concluye.

Foto: La Prensa

La lectura es un constructor de sentidos mediante el cual el niño se conoce a sí mismo y al mundo.
Paso a Paso
- Elegir el cuento adecuado, casi todas las ediciones vienen con la clasificación por edades.
- Los padres deben hacer una lectura previa para verificar que el mensaje coincida con sus valores.
- Evitar los que traen mensaje aleccionador pues se perciben como sermón y los niños se
resisten a escuchar.
- Los papás deben hacer ensayos para que la lectura sea fluida y con intención.
- A los progenitores les debe gustar el cuento para que lo
narren con pasión y con gusto.
- No es necesario que lo lean literalmente, pueden hacer un acordeón, un guión o improvisar.
- Se aconseja empezar con 10 minutos de lectura.
- Se recomienda la lectura en un momento apacible, no cuando los hijos estén hiperactivos.
- Es ideal hacer diario una lectura, pero puede hacerse una vez a la semana.

2 años
La moralidad empieza a esta edad. Por ejemplo, si se le habla de la tortuga y la liebre, y entiende que no por correr más rápido va a llegar primero, pero si hace bien las cosas tendrá una recompensa, desarrollará un concepto moral.

3-5 años
En estas edades se identifican con personajes y adoptan ese rol, porque están desarrollando su personalidad. En los personajes que les gustan ven rasgos aspiracionales. Con la lectura de moralejas aprenden a ser responsables.