Azulejos: sin duda, una de las zonas que más trabajo nos cuesta mantener limpias son las juntas de los azulejos, que debido al polvo, humedad y suciedad tienden a adquirir un tono negro. Dale la vuelta aplicando un poco de jugo de limón mezclado con un poco de jabón en polvo y talla las juntas con un cepillo de dientes. Al final, enjuaga con agua.
Ventanas y espejos: si quieres que tus ventanas y espejos estén relucientes, vierte en un frasco con atomizador el jugo de varios limones, rocía y pasa un trapo húmedo.
Piso: para limpiar tu piso solo debes preparar una mezcla con limón, bicarbonato de sodio y agua. Rocía en el piso, deja actuar 15 minutos y trapea como de costumbre.