Que tu 'perrhijo' no te contagie enfermedades

La convivencia con tu mascota te expone a contraer enfermedades, en especial las que afectan el aparato digestivo

  • 06 ago 2018

Tener un perro puede beneficiar tu salud, tanto física como mental, pero ¡cuidado! Podría convertirse en una fuente de infección si no se toman las medidas adecuadas.

Las enfermedades más frecuentes que las mascotas pueden causar a los humanos por parásitos recaen en el aparato digestivo. El principal riesgo de los parásitos es que se crean ambientes propicios para que otras enfermedades se desarrollen.

¿Qué puede contagiarte?
Sí, tu perro es todo ternura, pero podría transmitirte enfermedades parasitarias por pulgas, garrapatas chinches o piojos, así como males virales, bacterianos y micóticos (hongos).
Los grupos más vulnerables a infectarse son niños, ancianos y personas enfermas con alguna patología que deprima su sistema inmunológico.

¿Cómo te contagiaría?
La vía de transmisión es oral a través del excremento. Por ejemplo, se ingieren parásitos en carne poco cocida o alimentos contaminados durante su fabricación o con agua. También puede propiciarse al acariciar el pelaje de animales con poca higiene.

¡Adiós a los parásitos!
Para tener un control de las enfermedades parasitarias del perro se requiere un adecuado control farmacológico, es decir, una desparasitación estratégica bajo el control del veterinario.
Ésta depende de la cantidad y de los tipos de parásitos que tenga la mascota, así como de su raza, edad, estilo de vida...
Puede ser de una a tres tomas; cada 8 o 14 días; una vez al mes o cada dos o tres meses.

Cuidados ideales
- Mantén a tu perro limpio
- Báñalo mínimo una vez a la semana, dependiendo de su condición de salud
- Recoge sus heces
- Evita el contacto entre él y tu boca
- Lávate constantemente las manos o emplea desinfectante para prevenir contagios
- Cada quien su espacio
- Aunque el amor a tu “perrhijo” sea grande, recuerda que necesita tener sitios determinados para comer, defecar y jugar.
- Lo ideal es que no estén asociados con mesas, platos, cubiertos, sillones o camas de los humanos.


Condición
1. Busca un veterinario calificado y certificado en la especie.
2. Considera la edad de tu mascota: no es igual el cuidado de un cachorro que el de un perro de 10 años.
3. Valora la raza de tu perro para saber si puedes ofrecerle las mejores condiciones: cuidar a un chihuahua es distinto que a un terranova.
4. Toma en cuenta a tu familia: ¿Hay niños o adultos mayores en casa?
5. Averigua las necesidades de cuidado de tu perro según tu lugar de residencia.