Que tu hijo sea estudiante de excelencia y un profesionista exitoso o destaque en cualquier ámbito que se proponga seguramente es lo que tienes en mente cada vez que lo educas, pero también
es fundamental que le enseñes a ser mejor persona, coinciden expertas.
Para ello, los papás deben autoevaluar sus creencias y sus conductas. Ser mejor persona implica aprender a no discriminar al otro, y si los padres lo hacen, ya sea por el color de piel, la orientación sexual o la situación económica de una persona, los hijos también lo harán.
“ Los hijos copian la conducta de los adultos, por eso es importante que los propios padres revisen sus valores y estereotipos relacionados con las diferencias de las personas. Es necesario que tengan claridad sobre lo que rechazan.
“ Normalmente cuando se rechaza es por miedo, entonces no podemos pretender que aceptamos todo”, explica Silvia Sánchez, experta en psicología de la Universidad Iberoamericana.
Pero, precisa, la idea es evitar los comentarios y conductas agresivas contra las diferencias y aprender a respetarlas. Los papás, además, tienen que ser conscientes de que los hijos también están atentos a su lenguaje no verbal.
“ Es fundamental ser lo más congruente posible. Es mejor decirle al niño: ‘estoy trabajando para superar mi intolerancia hacia las personas con estas características’ que pretender que no se tienen”, precisa.
Para la orientadora María Ofelia Pasquel Alcalá, experta en Ciencias de la Educación y directora de la Academia de Administración de la Universidad Panamericana en México, los papás deben enseñar a los hijos que todas las personas tienen un valor y dignidad simplemente por serlo.
Menciona que los papás además deben estar atentos de los mensajes discriminatorios que sus hijos reciben en la escuela o a través de los medios de comunicación y hablar con ellos al respecto en caso de que los detecten.
Para tener un mundo mejor, donde prevalezca la paz, el respeto y una convivencia con miras a una verdadera integración, debe persistir la tolerancia y generosidad.
Ejercicios de integración
Aprender a respetar a los demás y tolerar las diferencias que podamos tener es una parte importante del aprendizaje de los niños, y qué mejor que enseñarles a través del juego.
1. Tolerancia y respeto son dos valores relacionados entre sí que con el paso del tiempo adquirieron mayor importancia social y que es recomendable inculcarlos en los pequeños desde temprana edad. Para esto último, los juegos y dinámicas de grupo son una excelente alternativa, ya que se trata de una forma entretenida de aprender a respetar a los demás, al entorno y también a uno mismo.
2. Para el respeto y tolerancia a la diversidad se puede encargar a cada niño una suerte de investigación sobre las tradiciones y las costumbres típicas de un país o comunidad a la que pertenece.
La idea es que esta información sea contada luego a los compañeros. El objetivo es que los niños aprendan sobre otras culturas para que entiendan, conozcan y acepten otros valores.
3. Otro juego consiste en formar un círculo y escribir en un papel las principales cualidades y características del compañero que está a la izquierda. Luego, todos los papeles se guardan en una bolsa y cada uno lee un papel al azar, tratando de adivinar a qué niño hace referencia. La idea es que al dar a conocer las virtudes y cualidades de los otros compañeros empezarán a respetarse a sí mismos.
4. Finalmente, hay un juego que apunta a que los pequeños aprendan el respeto por la naturaleza. Para esto, una de las mejores actividades es la creación y mantenimiento de un huerto o vivero, algo que también ayudará a fomentar el compañerismo. Si eres docente en una escuela, estos ejercicios te serán de gran utilidad. Si en su familia se han integrado nuevos miembros, también le ayudarán a la integración.
Para ello, los papás deben autoevaluar sus creencias y sus conductas. Ser mejor persona implica aprender a no discriminar al otro, y si los padres lo hacen, ya sea por el color de piel, la orientación sexual o la situación económica de una persona, los hijos también lo harán.
“ Los hijos copian la conducta de los adultos, por eso es importante que los propios padres revisen sus valores y estereotipos relacionados con las diferencias de las personas. Es necesario que tengan claridad sobre lo que rechazan.
“ Normalmente cuando se rechaza es por miedo, entonces no podemos pretender que aceptamos todo”, explica Silvia Sánchez, experta en psicología de la Universidad Iberoamericana.
Pero, precisa, la idea es evitar los comentarios y conductas agresivas contra las diferencias y aprender a respetarlas. Los papás, además, tienen que ser conscientes de que los hijos también están atentos a su lenguaje no verbal.
“ Es fundamental ser lo más congruente posible. Es mejor decirle al niño: ‘estoy trabajando para superar mi intolerancia hacia las personas con estas características’ que pretender que no se tienen”, precisa.
Para la orientadora María Ofelia Pasquel Alcalá, experta en Ciencias de la Educación y directora de la Academia de Administración de la Universidad Panamericana en México, los papás deben enseñar a los hijos que todas las personas tienen un valor y dignidad simplemente por serlo.
Menciona que los papás además deben estar atentos de los mensajes discriminatorios que sus hijos reciben en la escuela o a través de los medios de comunicación y hablar con ellos al respecto en caso de que los detecten.
Para tener un mundo mejor, donde prevalezca la paz, el respeto y una convivencia con miras a una verdadera integración, debe persistir la tolerancia y generosidad.
 Los juegos y dinámicas de grupo son una excelente alternativa para integrar a los niños.
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Ejercicios de integración
Aprender a respetar a los demás y tolerar las diferencias que podamos tener es una parte importante del aprendizaje de los niños, y qué mejor que enseñarles a través del juego.
1. Tolerancia y respeto son dos valores relacionados entre sí que con el paso del tiempo adquirieron mayor importancia social y que es recomendable inculcarlos en los pequeños desde temprana edad. Para esto último, los juegos y dinámicas de grupo son una excelente alternativa, ya que se trata de una forma entretenida de aprender a respetar a los demás, al entorno y también a uno mismo.
2. Para el respeto y tolerancia a la diversidad se puede encargar a cada niño una suerte de investigación sobre las tradiciones y las costumbres típicas de un país o comunidad a la que pertenece.
La idea es que esta información sea contada luego a los compañeros. El objetivo es que los niños aprendan sobre otras culturas para que entiendan, conozcan y acepten otros valores.
3. Otro juego consiste en formar un círculo y escribir en un papel las principales cualidades y características del compañero que está a la izquierda. Luego, todos los papeles se guardan en una bolsa y cada uno lee un papel al azar, tratando de adivinar a qué niño hace referencia. La idea es que al dar a conocer las virtudes y cualidades de los otros compañeros empezarán a respetarse a sí mismos.
4. Finalmente, hay un juego que apunta a que los pequeños aprendan el respeto por la naturaleza. Para esto, una de las mejores actividades es la creación y mantenimiento de un huerto o vivero, algo que también ayudará a fomentar el compañerismo. Si eres docente en una escuela, estos ejercicios te serán de gran utilidad. Si en su familia se han integrado nuevos miembros, también le ayudarán a la integración.
