¡Tía al rescate!: qué haríamos sin ella

Investigadores confirman que no se trata de una relación meramente material, sino que el motor de “consentir” es un interés genuino por el bienestar de los niños

  • 22 may 2017

Organizan las idas al cine, enseñan a los sobrinos a andar en bici, regalan cosas padrísimas en los cumpleaños y apoyan en su crianza cuando se necesita. Son las tías sin hijos de hoy.

Tienen mayor acceso a la educación superior y más opciones de vida que las tías de décadas pasadas y su perspectiva de vida ya no se restringe sólo a formar una familia tradicional y ser madres, explica Brenda Magali Gómez, sicóloga.

Las llamadas “súper tías” decidieron no tener hijos o no encontraron las condiciones ideales para ejercer la maternidad, agrega.

Establecen un vínculo especial y de complicidad con sus sobrinos que, detalla la psicoterapeuta, en algunos casos responden a un deseo de ejercer la maternidad, pero en otros, consideran que su papel es amar y divertirse con los sobrinos y dejar a los padres la responsabilidad de lidiar con los problemas que implica la paternidad.

“Sí, adoran a sus sobrinos, les encanta jugar con ellos, salir de viaje con ellos, incluso algunas contribuyen a pagar su escuela, pero tienen muy claro que no son sus hijos. No se sienten con la responsabilidad de educar o criar, ni les interesa”, agrega Gómez.

Los problemas con este papel ocurren cuando su rol no está claro en la familia, por eso Eugenia Vega, psicóloga, aconseja tener claro como tía o tío que tu papel no es educar, sino querer y ser un ejemplo.

Las súper tías dan apoyo a los padres y al sobrino amor, pero a cambio ellas obtienen lo mismo y más.


“El rol de educadores es monopolio de los papás. Tu rol es ser un ejemplo, un apoyo, alguien que le dé contención al niño y lo haga sentirse querido. Dedícate a disfrutar ese papel, que es muy lindo.

“Y si algún día sientes que es muy necesario opinar sobre la crianza del niño, nunca lo hagas enfrente de tu sobrino. Habla con tu hermana o hermano a solas y plantéale lo que piensas sin juzgarlo”, recomienda. Una vez aclarados los roles, Vega destaca que la convivencia tíos-sobrinos puede ser muy enriquecedora para el desarrollo de los pequeños.

“Llega un momento en que crees que sabes todo sobre el sobrino y empiezas a juzgar a los padres”.

“El peor error que puedes cometer es decirle a los papás cómo deberían educar, corregir o guiar a los niños porque, primero, no son tus hijos, y segundo, en verdad no sabes lo que supone ser responsable de su desarrollo físico, mental y espiritual”, considera.

Las súper tías dan apoyo a los padres y al sobrino amor, pero a cambio ellas obtienen lo mismo y más: paciencia, la oportunidad para crecer con ellos y transmitirles su manera de ver el mundo.

¿Y los tíos? Las tías solteras no son las únicas dispuestas a armar un campamento en la sala el fin de semana, también hay parejas sin hijos que están activas de forma permanente en la vida de sus sobrinos.

La agencia de investigación de mercados De la Riva Group estudió a estas parejas a quienes denominó DIOK’s (Double Income Other’s Kids).

Basado en datos del INEGI, el estudio refiere que 39 por ciento de los mexicanos vive en pareja o está casado y no tiene hijos. De ellos, el 96 por ciento tiene sobrinos.

“La idea de tener hijos no la han descartado del todo, únicamente la han puesto en pausa, pues en el corto plazo tienen planes de libertad y exploración: desarrollarse profesionalmente y gozar de un estilo de vida en donde lo primordial sea vivir nuevas experiencias.

“Para los DIOK’s, ser papá de manera intermitente, se convirtió, precisamente, en una de esas experiencias extra para que la vida valga la pena”, detalla el estudio realizado en 2014.