La relación de nuestros padres y la forma en que somos tratados en la infancia establece patrones que se repiten en la vida adulta, explica Miranda. “Suelen ser mujeres que ya traen patrones de relaciones violentas anteriormente, que han sido maltratadas o sometidas en la infancia y la adolescencia. Muchas veces es el padre, pero también puede ser un hermano, una hermana o la madre, entonces van fijando ciertos patrones y relacionan el amor con el control”.
¿El amor duele? La psicóloga Eugenia Vega explica que el contexto sociocultural también influye en el concepto que las mujeres tienen sobre el amor y la pareja.
“Nos enseñan que el amor duele, que el amor es dejar todo por el otro, incluidos los amigos o el trabajo. A las mujeres casi casi nos enseñan que tenemos un gen de bondad y de entrega total, que implica que cuando te casas o estás en pareja dejas de ser independiente y el hombre es quien decide todo”.
Las mujeres que de niñas fueron sometidas o violentadas, de alguna manera pueden volverse controladoras, celosas y agresivas en sus relaciones adultas; pero la mayoría repite el patrón y sigue permitiendo el abuso.
Violencia oculta. Las manifestaciones de abuso y violencia no siempre son claras, sobre todo al inicio de la relación. “Te revisa el celular y te vigila todo el tiempo pero te dice que no es porque desconfíe, sino porque se preocupa por tu seguridad.
“Te dice frases como: ‘tú no eres hombre y no te das cuenta cómo te están mirando, por eso mejor no te vistas así’, y disfraza esas actitudes de control como una forma de demostrar cariño y cuidado”.
“El controlador lo que va haciendo de manera muy intuitiva es ir cortando las relaciones sociales de su pareja, la va dejando aislada, pierde amigos, salidas y fiestas. Entonces, para la mujer dejar a su pareja es muy difícil porque se convirtió en todo su mundo”, señala. Lo grave es que algo que empieza como un chantaje se puede convertir en una cachetada durante una pelea o en abuso sexual.
 El controlador lo que va haciendo de manera muy intuitiva es ir cortando las relaciones sociales de su pareja, la va dejando aislada, pierde amigos, salidas y fiestas.
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La psicóloga Eugenia Vega brinda algunos focos rojos que se deben tomar en cuenta para valorar terminar una relación tóxica.
1. No me siento bien conmigo misma, ni con lo que hago.
2. Generalmente estoy angustiada todo el tiempo.
3. Cuando estoy con él pienso en cómo darle gusto, en que no se enoje.
4. Siento que no tengo control de mi vida, ni de mis decisiones.
5. Mi vida de pronto es ingobernable. Respondo a las decisiones de él.
6. Me estoy alejando de mis amigos y de mi familia.
7. Mi relación está afectando en mi trabajo, en mi desempeño laboral.
