Familias, ¿unión o fuente de conflictos?

¿Por qué surgen los roces con los parientes propios o con los de la pareja?, una psicoanalista ofrece algunas claves y soluciones para establecer unas relaciones familiares con armonía.

Redacción. La función principal de la familia es la de perpetuar la especie mediante la procreación y, una vez cumplido este requisito, permitir y facilitar el desarrollo de los “cachorros” humanos para su acceso al mundo integrándolos en la sociedad y procurándoles educación, salud (alimentación, descanso, abrigo, estabilidad emocional) y bienestar”, señala la psicoanalista Magdalena Salamanca.

“Esto que parece una obviedad es, en muchos casos, foco de conflicto en las relaciones familiares”, explica Salamanca (www.magdalenasalamanca.com). Pero, según esta conocedora de la mente humana “no todas las familias facilitan o permiten el crecimiento de sus miembros”.

“Los celos, la envidia, la culpa, el amor excesivo e igualitario, el odio reprimido, así como la no aceptación de las diferencias entre los integrantes de la familia o la imposición de criterios copiados de ejemplos vividos por los progenitores, interrumpen el desarrollo físico e intelectual que cualquier individuo necesita para conquistar su propia vida”.

NUESTRO GRUPO Y EL DE NUESTROS PADRES

“En ocasiones cuando escuchamos decir “mi familia” la persona se refiere a sus padres, hermanos, tíos o primos, pero “mi familia” es la que uno mismo construye: pareja e hijos. La familia de origen es la familia de los padres, no la propia”, añade.

Las diferencias que se establecen entre las familias de origen de una pareja que ha decidido crear su propia familia.

“Tus padres son mucho más invasivos que los míos”, “Mi hermano viene cada cierto tiempo a ver a su sobrino, pero el tuyo ni aparece”, “Si te llama tu madre dejas todo por ir a verla, pero la mía ha estado enferma y no he tenido tiempo de pasar por su casa, entre el trabajo y los niños”,

Para Salamanca estas frases y muchas más, “son algunos ejemplos de cómo la comparación entre las familias de origen es muy habitual en las conversaciones de una pareja, cuando más que de comparar se trataría de diferenciar, ya que cada familia tiene sus costumbres y formas de comportarse. No son unas mejores que otras; simplemente son distintas”.

Family in living room talking

La principal causa de discusión, en las familias de origen, tiene como trasfondo la no aceptación de las diferencias, aparentemente, entre una familia y la otra.

SUMAR EN VEZ DE RESTAR FAMILIARES

Para Salamanca, las familias son la suma de sus miembros, no la resta de algunos de ellos, y “cada integrante de la familia ha de ser un componente semejante, pero diferente al resto, y en esta fórmula está inscrito el éxito y la salud familiar”. La principal causa de discusión, en las familias de origen, tiene como trasfondo la no aceptación de las diferencias, aparentemente, entre una familia y la otra, según esta experta.

“Pero si escarbamos un poquito en la relación descubrimos que las diferencias que no se aceptan en los demás son las que se dan entre los miembros de la propia pareja, ya sean económicas, culturales o sociales, entre otras”.

“Una forma más sana de solucionar este tipo de conflictos, que tantos daños causan, es consultar con un especialista que permita desplegar en la terapia todas las inquietudes individuales para poder gestar en sus miembros un autoconocimiento y una autotransformación sobre aquello que de manera inconsciente determina la vida familiar”. “¡Asumir las diferencias ayuda a vivir de una manera gozosa y satisfactoria!”, enfatiza.