Todos caminábamos por la calle hacia el mercado en busca de unos tacos o algo así y cuando volteé la vista no lo encontré, le llamé por teléfono y no me contestó, yo ya estaba muy enojada porque se había emborrachado mucho al grado de no saber en dónde había quedado tirado.
Como no me contestó, yo no consideré ir a buscarlo, pues me parecía que ya está grande y que debe poder cuidarse él mismo.
Luego de un rato, me llamó por teléfono preguntándome dónde estaba, pero nosotros ya habíamos pedido de comer, para cuando llegó al puesto, ya se había terminado la comida y le dije que pidiera algo, pero estaba muy enojado, así que ya no quiso comer y se fue enojado. Y ahora no me quiere hablar que porque no lo tomo en cuenta. ¿Quién tiene razón, tía?
Respuesta
Querida, si no te gusta andar con alguien que se emborracha, ¿por qué andas con alguien que lo hace? Y si a él le gusta andar con alguien que lo cuide como lo hace su mamá y a ti no te gusta hacerlo, ¿por qué anda contigo? Tal vez todo es cuestión de que ninguno de los dos tiene madurez para estar en pareja o ninguno ha sabido decirle al otro lo que espera recibir.
