Redacción. A pesar de la crisis económica, el mundo se pinta de matices intensos, elementos florales y un toque de alegría, como se aprecia en las principales colecciones para esta temporada de calor.
A continuación, nuestra apuesta por las tendencias más 'aterrizadas' para las hondureñas.
Explosión cromática
¡Inyéctale vitaminas a tu guardarropa! La paleta cromática es fuerte, descarada y llamativa, pues los tonos intensos se inspiran en la naturaleza y la rebasan, llegando a rozar lo estridente.
Naranja, verde, rojo, azul, amarillo, rosa y turquesa se combinan con blanco para lograr looks que no pasan desapercibidos. Una gama súper femenina y exótica que remite a las junglas, valles y flores de los destinos más bellos del mundo
Vida de cuadritos
El 'vichy' o 'gingham' vuelve con fuerza. Se trata del patrón de esos típicos manteles de picnic que se utilizaban en los años 50 y que luego se retomó durante los años 50 para bikinis y vestidos veraniegos.
Fresco, divertido y juvenil, se observa en vestidos envolventes, sacos tipo bolero y faldas amplias, agregando siempre un detalle femenino a cualquier atuendo. Se lleva también en muchos accesorios.
Toque deportivo
Estas prendas salen del gym y se trabajan en materiales de fiesta para lograr el look llamado 'sport-couture'. Tejidos reciclados o 'high-tech', como el neopreno, dan un nuevo auge a prendas amplias adornadas con cierres o franjas de colores.
Abundan los crop tops, sudaderas con capucha, pantalones ajustados y por supuesto, gran variedad de tenis en tonos neón para iluminar cualquier lugar. Se hace homenaje a las artes marciales con diseños de inspiración en kimonos y cinturones llamados 'obis'.
Boho chic
Un aire desenfadado marcado por la estética bohemia y hippie se hace presente en muchas colecciones, que logran un glamour relajado y natural con piezas en gamuza, pana y mezclilla adornadas con flecos y símbolos de amor y paz.
Sombreros de ala ancha y pantalones de pata de elefante marcan esta apuesta. También destacan los vestidos largos y sueltos, chalecos de crochet, prendas de talle alto y motivos étnicos.
A continuación, nuestra apuesta por las tendencias más 'aterrizadas' para las hondureñas.
Femenina y sensual
Atreverse a enseñar de manera sexy es uno de los retos para esta temporada, pues el clima cálido invita a usar ropa ligera.
Se puede mostrar escote, espalda, brazos o piernas de forma chic y contemporánea a través de gasas, plásticos y mallas tipo pescador, acompañadas de aros de metal al estilo de los 70. Las transparencias llegan en prendas del más romántico encaje, y en las pasarelas se presentan sobre todo en blanco.
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¡Inyéctale vitaminas a tu guardarropa! La paleta cromática es fuerte, descarada y llamativa, pues los tonos intensos se inspiran en la naturaleza y la rebasan, llegando a rozar lo estridente.
Naranja, verde, rojo, azul, amarillo, rosa y turquesa se combinan con blanco para lograr looks que no pasan desapercibidos. Una gama súper femenina y exótica que remite a las junglas, valles y flores de los destinos más bellos del mundo
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El 'vichy' o 'gingham' vuelve con fuerza. Se trata del patrón de esos típicos manteles de picnic que se utilizaban en los años 50 y que luego se retomó durante los años 50 para bikinis y vestidos veraniegos.
Fresco, divertido y juvenil, se observa en vestidos envolventes, sacos tipo bolero y faldas amplias, agregando siempre un detalle femenino a cualquier atuendo. Se lleva también en muchos accesorios.
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Estas prendas salen del gym y se trabajan en materiales de fiesta para lograr el look llamado 'sport-couture'. Tejidos reciclados o 'high-tech', como el neopreno, dan un nuevo auge a prendas amplias adornadas con cierres o franjas de colores.
Abundan los crop tops, sudaderas con capucha, pantalones ajustados y por supuesto, gran variedad de tenis en tonos neón para iluminar cualquier lugar. Se hace homenaje a las artes marciales con diseños de inspiración en kimonos y cinturones llamados 'obis'.
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Un aire desenfadado marcado por la estética bohemia y hippie se hace presente en muchas colecciones, que logran un glamour relajado y natural con piezas en gamuza, pana y mezclilla adornadas con flecos y símbolos de amor y paz.
Sombreros de ala ancha y pantalones de pata de elefante marcan esta apuesta. También destacan los vestidos largos y sueltos, chalecos de crochet, prendas de talle alto y motivos étnicos.
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