Ana Rico se reinventa y alcanza sus sueños

La popular comunicadora causó sorpresa con su inesperado retiro televisivo. Hoy nos cuenta qué la motivó a tomar esa decisión

Redacción.

Ahora se encuentra en una etapa diferente pero muy plena en su vida. Se percibe en cada palabra y gesto que emite durante la entrevista. Para Ana Rico su vida no gira en torno a la televisión, medio de comunicación donde conoció la fama y la popularidad.

Desde niña le apasionó la danza. “Tenía unos 8 años cuando empecé a bailar, mi mamá me cosía los vestidos; estuve en diferentes obras. Estuve en un grupo de danza folklórica, fuimos a competencias a El Salvador. Luego vi que me gustaba algo más con ritmo y tomé clases de salsa, y me di cuenta que puedo bailar, me pregunté: ¿qué puedo hacer con esto? Así que aprendí a enseñar. No es fácil, di clases por cuatro años en diferentes escuelas de bailes y gimnasios de Tegucigalpa, así me ganaba la vida”.

“Pensé que no podía”

Fue en esa época que recibió las primeras ofertas para incursionar en la televisión. “Alguien de Canal 30 me contactó, andaban buscando presentadora, me invitaron varias veces a hacer el casting, yo siempre me negaba porque pensaba que no podía. Un día me fui a hacer casting en un programa en vivo y ese mismo día me aceptaron”.

Así inició una nueva fase en la historia de su vida. En dicho canal participó en varios programas donde acumuló experiencias. “Estuve en Vive tu música, Zoom y Café Caliente, que fue la revista donde más aprendí porque me involucré más en la producción, hacer el guion, buscar invitados”.

Foto: La Prensa

'He aprendido callándome la boca, abriendo los ojos y preguntando”.

El viaje que cambió todo

“Estando en Canal 30 tuve la oportunidad de estar en una ONG, es un movimiento de formación de jóvenes líderes en Montevideo, Uruguay. Se llama “Gente que avanza”. Me hicieron la entrevista por Skype y la pasé”. El movimiento existe desde 1970 y siguen con su filosofía de “nada cambia en el mundo si yo no cambio primero”, partiendo de allí se derivan muchos talleres de formación personal.

Ana sentía un vacío. “Estando en Canal 30 todo estaba bien, pero en mi interior yo sabía que quería algo más de la vida, pero tenía muchas cosas no resueltas en mi vida, mi relación con mis padres, con mi mamá, mi noviazgo de ese entonces, amistades, me había convertido en una persona muy superficial, mi relación con Dios no estaba bien. Aparece la oportunidad de esta ONG y pensé ‘esto me puede servir’. No fue “casualidad” fue una “causalidad” había una búsqueda interna y apareció, me fui un año a Montevideo en el 2011, pero me pidieron que me quedara un año más. Con el movimiento viajé a Argentina y Brazil a ayudar a otros jóvenes con talleres de autoestima, desarrollo personal, familia, valores, intercambio cultural”.

“Fue una experiencia lindísima, aprendí a desprenderme de todo y volver a construir, volver a Honduras sin nada, sin trabajo, sin ahorros, a volver a empezar de cero. Allí comencé con el principio del vacío. Uno tiene que vaciarse de todo lo malo y de lo que cree bueno para volverse a enriquecer. Es una segunda etapa de mi vida. Me comprometí y me casé en 2013, empecé mi negocio ese mismo año y fue cuando tuve la oportunidad de entrar a Calle 7 y se cumple el ciclo que vivo ahora”.

Su reto personal

“Cuando entré al programa ellos siempre tuvieron claro cuál era mi foco central, que era mi negocio personal junto con mi esposo. Este está dentro de la industria del bienestar y la nutrición. Nuestro negocio es un negocio noble, nos encargamos de ayudar a la gente a tener un estilo de vida más saludable. Está apoyado y respaldado por productos de excelencia, pero el trabajo es de llegar a la autoestima y corazón de la gente”.

'Yo creo que los seres humanos estamos hechos para hacer cosas que creíamos que no podíamos hacer”.

'Uno tiene que vaciarse de todo lo malo y de lo que cree bueno para volverse a enriquecer”.

“Amo en libertad”

¿Planes de tener hijos? “Sí, lo estamos pensando, espero que sea pronto, no sé si sea este año. Estoy segura de los cambios que he hecho a nivel personal, como afianzar mi relación con Dios y mejorar la relación con mis padres; es tan importante darles gracias, pedirles perdón y reafirmar esos valores, ha sido muy importante”.

“Ahora yo vivo el día a día sabiendo que cualquiera de ellos puede irse en cualquier momento y me siento en paz. Hasta el día de hoy he cumplido con lo que he tenido que hacer, y eso para mí es amar en libertad. A mi esposo lo amo igual, en libertad. Mi vida es junto con él, pero mi felicidad no depende de él, si él no está, yo no tengo por qué derrumbarme”.

Su ciclo en calle 7

Ana fue conductora del programa de concursos Calle Siete en sus primeras tres temporadas.

“Fue una gran experiencia. Aprendí y reafirmé que la teoría es cierta. Yo creo que los seres humanos estamos hechos para hacer cosas que creíamos que no podíamos hacer, y yo creía que no podía hacer Calle 7, ¡creía que no podía narrar!”.

“Con Gustavo Vallecillo logramos hacer una buena alianza. Calle 7 creció como una buena crema no como la espuma que se baja, y se ha sostenido con el tiempo, hay mucho cariño de parte de la gente”.

“En enero, arrancó la cuarta temporada y el público se sorprendió porque ya no estaba Ana. Allí empecé el bajón de “Wao, extraño la tele”.

“Vale la pena toda pausa, siempre lo he considerado un crecimiento. No hay por qué llorar por las decisiones que uno toma. Al final hay que arriesgar, la verdad es que he ganado mucho”.

“La gente me pregunta si voy a volver a Calle 7, les digo que no sé; sí me gustaría, les digo que sí. Lo dejo en manos de Dios, si toca volver a la tele, lo vuelvo a hacer, porque me apasiona. Esa ha sido la gran pausa y sé que ha valido la pena”.

Foto: La Prensa

'Yo creo que los seres humanos estamos hechos para hacer cosas que creíamos
que no podíamos hacer'.

+DATOS REVELADOS

Ana se casó en 2013 con Josué Zúniga, conocido en el ámbito artístico nacional como Josh Dibrasco.

“Mi esposo es muy comprensivo, soñador y emprendedor, eso era importante para mí”.

“Me gustaron sus valores familiares, tiene una familia muy firme y muy buena, yo veía el reflejo de cómo se lleva con su padre y su madre, ese es el papá que yo quiero para mis hijos y estoy segura que así va a hacer porque es una relación hermosa que tienen como familia”.

Foto: La Prensa

'Vale la pena toda pausa, siempre lo he considerado un crecimiento. No hay que llorar por las decisiones que uno toma'.

Conócela más

Nombre: Ana Lucía Pineda Rico

Nació en Tegucigalpa el 14 junio de 1986

Estudios Ingeniería de Negocios

Certificada de Zumba internacional y de salsa

¿Qué es lo que nunca volvería hacer?

“No me volvería a pintar el pelo rubísimo como lo anduve, porque yo pretendía ser otra persona, quería llamar la atención. Tampoco me vuelvo a meter al mar recién haber comido, me puse muy mal una vez”.

¿Profesión que le gustaría ejercer?

“Tengo una carrera pendiente, es una carrera que está en Argentina y es Orientación Familiar. Es uno de los sueños grandes que tengo, tener una organización que sea de formación, porque yo comprendo que educación y formación son dos cosas distintas, que sea de formación de hombres y mujeres en valores para reconstruir familias”.

Foto: La Prensa

'Si toca volver a la tele, lo vuelvo a hacer, porque me apasiona'.

Síguela

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Foto: La Prensa

'Esa ha sido la gran pausa y sé que ha valido la pena'.