La clave para que estén siempre perfectos es lavarlos a mano, con agua fría y un detergente para prendas delicadas. Recuerda, el “denim” es uno de los textiles que mejora con el tiempo, siempre y cuando se almacenen bien.
Si sigues esta opción, hazlo siempre con la prenda del revés, por separado y en agua fría. Aquí te dejamos unos pasos a seguir:
1. En un balde vierte abundante agua fría. El agua caliente hace que el jean se encoja y pierda su color original.
2. Echa el jabón y sumerge el vaquero. Un truco que no falla y que hace el pantalón conserve su color es echar una taza de vinagre de limpieza en el lavado. ¡Es una solución casi mágica!
3. Frota, a ritmo constante, sobre las partes en donde haya manchas de comida, bebida y otros.
4. Cuando hayas quitado todas las manchas, enjuaga el vaquero con abundante agua fría. Evita retorcerlos durante el proceso.
5. Extiéndelo para que seque al aire libre con unas pinzas y en un sitio donde no le dé directamente el sol. Esto es clave, pues el sol destiñe los tejidos. Por otra parte, si puedes evitar usar la secadora, ¡mucho mejor!