Dos grandes sobrevivientes, una misma batalla

Su diagnóstico y lucha contra el cáncer de mama nos alertan a tomar tempranas acciones de prevención

  • 27 oct 2017

Hoy en Amiga les compartimos el testimonio de dos sobrevivientes de cáncer de mama. Dos experiencias de vida que son un ejemplo de fe, esperanza y concienciación.

Cada vez son más las mujeres jóvenes que presentan dolencias en sus senos y que con el paso del tiempo pueden convertirse en tumoraciones cancerígenas. Es por ello que es importante el autoexamen mensual y los estudios anuales de rigor como la mamografía. Tomar acciones ante cualquier síntoma o malestar fuera de lo común, el accionar oportunamente puede salvarte la vida.

Foto: La Prensa

Sonia Hernández

“A los 30 años me diagnosticaron cáncer de mama”

A dos años de esa dura noticia Sonia Hernández nos explica por qué su edad fue su peor enemigo. Originaria de Marcala, La Paz, Sonia Vanessa Hernández Cruz es la imagen de la campaña de la Liga Contra el Cáncer de San Pedro Sula este año. Al verla nos parece mentira que a escasos meses haya concluido su tratamiento contra el cáncer de mama.

Ella tenía solo 30 años cuando fue diagnosticada. “Lo detecté por casualidad, yo estaba en la pulpería y como en diciembre hace frío, entonces me puse la chumpa, me abracé yo misma y sentí algo en la axila, era una pelotita”.

Al regresar a su casa, le comentó a su esposo lo sucedido. Como nunca antes lo había detectado, se hizo un autoexamen y corroboró que en efecto se trataba de una pelotita.

“Inmediatamente fuí a donde una doctora en el Centro de Salud de Marcala y ella me mandó a Comayagua. En Marcala hasta este año vino un ultrasonido para atender a mujeres embarazadas, pero es de lo más básico. Cuando yo fuí no había nada y la ginecóloga llega solo dos veces a la semana”.

Finalmente en Comayagua se hizo un ultrasonido, “la radióloga cuando vio los resultados se le fue la sonrisa, literalmente, me dijo que me hiciera una mamografía, porque el ultrasonido no era muy concluyente.

La vida de esta joven esposa y madre de dos niños cambió por completo al tener los resultados del examen: “fue cuando la doctora me dijo ‘tenés algo malo’ y le pregunté: ¿que tan malo es?”
“Vio la mamografía y me preguntó: ¿tienes hijos?
-Le dije: sí”.
-¿Has sido feliz?
- Siiii...”, recuerda.
“Tienes que ser fuerte, te mando ahorita mismo a un oncólogo’, cuando me dijo esas palabras me temblaron las rodillas. ‘Ocupo sacarte una muestra y solo los oncólogos lo saben hacer’”, explicó la doctora.

“Fue así como de Comayagua fuí remitida a Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, porque de allí es mi mamá, por mis niños, ya que mi esposo no estaba en la ciudad en esos días”.

Sonia tiene dos niños, varón y niña, Joshua el mayor de 11 años cumplidos y Jadasa de 8 años. Temerosa por la incertidumbre, se sometió a una biopsia en el Catarino Rivas. “Me fuí con mi mami y mi papi, me atendió el doctor Salinas y me dijo ‘venís con suerte porque solo tengo un equipo para hacerte una biopsia, gracias a Dios subí y allí mismo me puso la anestesia, me abrió, yo solo escuchaba cómo tronaba la maquinita y me dijo que el resultado lo llevara a un laboratorio y esperar ocho días, allí vamos a saber exactamente que tenés. Fueron los ocho días más largos de mi vida”.

Al lunes siguiente, en compañía de sus padres, Sonia, regresó a San Pedro Sula para conocer el resultado de la biopsia. “El doctor me dijo ‘lo siento, tenés cáncer y es un cáncer muy agresivo”.

El no tener antecedentes familiares de cáncer, el haber practicado deportes toda su vida, no haber bebido ni fumado nunca y el tener tan solo 30 años , el doctor no podía creer la causa de su enfermedad. “El doctor me dijo, ¿has sido promiscua? No, un novio, un esposo, le dije. Entonces sos de esos casos raros’”, dijo finalmente.

“Tenés que operarte ya, porque hay que sacártelo porque es muy agresivo”. Cuando el doctor fue a ver el calendario de operaciones en el Mario Catarino estaba lleno, tenía que esperar tres meses. Le recomendó operarse en una clínica privada. “Fue difícil, porque la enfermedad me hizo mover todo. Me tuve que ir para

San Pedro Sula, económicamente tremendo porque es una enfermedad altamente cara”. Eso lo descubrió pronto cuando tuvo que cotizar el costo de la operación y las quimioterapias. Los precios oscilaban de 12 hasta 25 mil lempiras cada una. “Y a mí me tocaba ponerme ocho, usualmente son seis. Mi edad fue mi mayor enemigo”.

“Fue algo bien difícil, pero siempre tuve la confianza de que Dios me iba ayudar y así fue”. Se operó en Clínicas Médicas, donde se le retiró toda la mama izquierda. Ahora venía la otra fase, la quimio y radioterapia.

Sonia Vanessa no duda en expresar su gratitud al personal de la liga. “Lo hacen sentir a uno que la muerte no está a la vuelta de la esquina, que hay esperanza”. Ahora después de su experiencia, Sonia le hace conciencia a las recién diagnosticadas “que Dios no nos manda pruebas que no podamos soportar. Todas somos guerreras de la vida, en cualquier circunstancias las mujeres enfrentamos enfermedades, divorcios, dificultades financieras, yo creo que lo que tenemos que tener siempre es la confianza en Dios, porque nos va a dar la solución”.

Otra recomendación que le da a las madres es ser centinelas de la salud de su hogar. “Como vivimos en un mundo contaminado, debemos aprender a cuidar nuestro cuerpo, a cuidar a nuestros hijos. Somos nosotras las que alimentamos a nuestras familias y no lo estamos haciendo”.

“Hay que enseñarles a comer sano. Vivimos en un mundo donde todo está al revés, donde los niños ya no quieren comer un huevo cocido si no papas fritas, donde ya las madres de familia ya no exprimen un jugo de limón sino que les dan un fresco... No podemos seguir viviendo así y no tener consecuencias”.

Sonia Vanessa ha terminado la quimioterapia y la radioterapia, ahora está en chequeo cada tres meses, y estaré tomando un medicamente por 5 años. Hasta ahorita gracias a Dios, me hice los exámenes y están bien, esperamos que así sigan”.

La detección temprana fue crucial para Sonia. Es por eso que invita a nuestras lectoras a practicarse el autoexamen y hacerse la mamografía anual. “Si uno se toca una pelotita, aunque chiquita, ir inmediatamente al médico y no esperar hasta que esté grande y con dolores”.

“Yo siento que si Dios permitió que yo me enfermara fue para algo más, yo le digo a mi familia: si a mi me tocó pagar el precio para que nadie de mis primas o tías tuviera esta enfermedad, yo lo pago. No quiero que nadie más lo tenga. Por eso las campañas de concienciación son tan importantes”.


Foto: La Prensa

Delia Cerrato
El caso de Delia Cerrato puede pasarte a ti

Desde los veinte años tuvo dolencias en los senos, pero fue a hasta los 48 años que se enfrentó cara a cara con el cáncer.

Siempre padeció de quistes benignos en sus senos. Ese fue el diagnostico que siempre recibió. Su vida transcurría normal hasta hace un año, cuando Delia María Cerrato Fernández, Perito Mercantil, hoy de 49 años, fue diagnosticada con cáncer de mama.

En el transcurso de su vida Delia fue intervenida quirúgicamente en tres ocasiones en la mama derecha. Siempre le recomendaron llevar una dieta saludable, ya que al parecer sus problemas provenían de su alimentación.

“Acabo de terminar el tratamiento el 23 de junio de este año. Me lo diagnosticaron el año pasado entre Mayo y Junio. Ya habían sido operados en tres ocasiones en la mama derecha. La primera vez fue como a los 20 años cuando me hicieron la primera mamografía, no tenía edad para entonces, pero el médico me lo recomendó, allí fue cuando me hicieron la primera operación”.

Eran unos bultitos, me hicieron biopsia, y todos me salieron benignos. Pero siempre le volvían a salir. “Yo siempre me los chequeaba todos los años, me hacía ultrasonidos, iba donde el médico pero dejé de checarme por un período de cuatro años. Y fue así que me resultó el cáncer”.

“Fuí al médico cuando ya me dolía el brazo, los ganglios se me inflamaron. Siempre había tenido las pelotitas, se me quitaban pero me volvían aparecer, y esta vez crecieron más, de tres que tenía y uno de ellos se me hizo cáncer”.

Después de practicarse una mamografia, se sometió a una biopsia, la cual le tuvieron que repetir dos veces porque la primera no fue concluyente. “Fue entonces que me hicieron la biopsia abierta y lo peor fue que uno tiene que esperar 15 días para saber los resultados. Son días que uno vive una angustia”.

Diagnóstico. Confiada de que el resultado sería favorable para ella, Delia decidió ir sola al médico el día que debían darle el resultado de la biopsia. “Cuando me fuí a retirar los puntos, mis amigas me dijeron que me acompañaban, pero les dije que no era necesario porque yo no tenía nada.

Cuando llegué el doctor me dijo, mientras me quitaba los puntos, ‘vos tenés cáncer’, asi me lo dijo, sin más, me puse a llorar... Como se está haciendo frecuente, mujeres jóvenes están siendo diagnósticadas en nuestro país. “En mi familia no había antecedentes de cáncer de mama, solo yo. Siempre comí saludable pero después no, lastimosamente comemos muy graso”.

Por su experiencia, Delia le da su consejo a los lectores de Amiga: “Todas tenemos el deber de cuidarnos y chequearnos, hacernos la mamografía y citología todos los años, hacer autoexamen todos los meses, no tiene que ser cáncer de mama necesariamente, igual que los varones, ellos también tienen que cuidarse. ”.

Delia es divorciada, nunca tuvo hijos. Tras su experiencia como ella dice, vive un día a la vez. “Dándole fuerza a las compañeras. “Hay que apoyarnos entre compañeras. Cada proceso es diferente para cada una y todas reaccionan diferente. A mí me han ayudado las fundaciones porque si no fuera por ellas no sé como hubiera hecho con la enfermedad”.

Es por eso que exhorta a las personas y empresas que colaboren con sus donaciones para que pacientes como ella se vean beneficiadas.