¡Bienvenidos sean los cambios en tu vida!

Para crecer como personas y ser más felices hemos de abrazar y aprovechar los cambios de rumbo

  • 09 ago 2017

Cuando el viento y las olas cambian de dirección o se agitan hay que ajustar las velas y dar un golpe de timón. Intentar que el barco permanezca igual o no hacer nada para adaptarse a la nueva situación, solo aumenta la zozobra y el riesgo de naufragar. Algo similar ocurre en la vida de las personas cuando se avecinan o producen cambios importantes, según Miriam Rocha Díaz, psicóloga clínica y docente del Instituto Terapéutico de Madrid, Itema.

“En general, cualquier cambio produce incertidumbre porque implica una modificación en las contingencias o circunstancias de nuestro entorno a las que estamos acostumbrados. Y la incertidumbre genera cierto temor, al menos al principio, hasta que volvemos a conocer y a tener control sobre la nueva situación”, explica Rocha.

“La mejor actitud ante un cambio es enfrentarse a él de forma activa, en lugar de evitarlo”. “Afrontar de forma activa consiste en mirar al problema de frente y buscar soluciones. Esto se puede hacer de forma más o menos racional y planificada y con más o menos garantías de éxito, según cada persona y en función de si se utilizan métodos de toma de decisiones estructurados.“Hay que perder nuestros miedos, descubriendo nuestras capacidades y aprendiendo que en la mayoría de ocasiones aquello que temíamos no se cumple”.

“También será de gran ayuda adoptar una actitud realista y positiva, entendiendo el cambio como parte de la vida y no como un obstáculo insalvable, en vez de repetirnos a nosotros mismos ideas negativas y anticipaciones catastróficas que nos impedirán analizar adecuadamente la situación y reaccionar ante ella del modo más beneficioso”.