Pequeños negocios sampedranos obligados a importar en el mercado regional saldrán favorecidos una vez que entre en vigor el acuerdo de la unión aduanera entre Honduras y Guatemala.
Mediante este tratado, que empieza el primero de diciembre, habrá libre circulación de bienes y servicios, agilidad en los procesos de ingreso de personas y mercancías, aplicación de procedimientos aduaneros comunes y otros, que aliviarán a quienes deben comprar sus materias primas en el país vecino.
En las zonas más populares de la ciudad todavía funcionan negocios familiares de reparación y elaboración de calzado, sastrerías y talabarterías.
Entre ellos está la sastrería de Ricardo Martínez que opera en la avenida Júnior desde 1995 y enfrenta a diario desafíos como los costos de producción y hasta algunos inconvenientes con los puestos de ropa de segunda.
Como él, compañeros del rubro deben importar -ya sea a través de almacenes o por su cuenta- telas, hilos y otros materiales para confeccionar las prendas. Otros como Dennis Carranza, empleado en una reparadora de calzado y elaboración de productos derivados de cuero en el barrio Guamilito, explica que comprar insumos en Guatemala significa una inversión adicional en tiempos y costos. “Mi papá solía comprar una yarda de cuero a L80 en Honduras, pero como ahora no hay hato ganadero toca importarla de Guatemala a más de L350”.
Crítico
Esperanza Escobar, secretaría general de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (Anmpih), explica que “los importadores que operan en la ciudad controlan los precios de las materias primas”, lo cual se traduce en una resta de competitividad para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). “No tenemos la oportunidad de El Salvador o Guatemala de sacar producto de buena calidad y a buen precio. Los productores tienen limitaciones para la obtención de materias primas”.
