Redacción
El #hashtag, ese símbolo que tan imprescindible se ha vuelto en las comunicaciones, sobre todo en internet ya tiene 10 años.
Fue un 23 de agosto de 2007 cuando el abogado estadounidense Chris Messina tuvo la idea de acompañar a ciertos términos con el símbolo de “numeral” (#), conocido también como “almohadilla” o “tresillo”, para formar así grupos de temas y crear discusiones sobre ellos.
“Twitter se resistió al principio a inroducir el hashtag”, recuerda Messina en relación con el papel de la por entonces joven red social y a la que le tomó enlazar todos los hashtags para crear la revolución en los mensajes que ahora conocemos.
#barcamp fue el primer hashtag de la historia y fue escrito por el propio Messina.
Hoy, diez años después, y gracias a las redes sociales, el hashtag se usa más que nunca y uno de los mayores popularizadores ha sido Instagram, que a diferencia de Twitter no tiene límite de caracteres y los usuarios pueden usar todos los hashtags que quieran.
Pero su uso se extiende más allá de la web y lo encontramos en las campañas publicitarias y hasta en la política. El hashtag llegó para quedarse.
